viernes, 15 de mayo de 2015

EQUIPOS DIRECTIVOS MOTIVADORES PARA COLEGIOS EFICIENTES.


El paso de la laguna Estigia obra de Joachim Patinir  1520.1524





Publicado el viernes 15 de mayo en la página 34 de la sección Opinión en el periódico La Provincia

Llevamos muchos años debatiendo en las esferas correspondientes sobre la forma de dirigir un centro educativo en los momentos actuales, de forma que todos los integrantes del centro se impliquen personalmente en un proyecto común, que redunde en una mejora de la calidad de la enseñanza que reciben los alumnos y sus familias.

Si hacemos una pequeña síntesis de lo que han sido los estilos de liderazgo en la dirección de cualquier empresa en estos últimos años, podemos ver cómo ha tenido que ver mucho con los cambios de ciclos económicos del país. Si hacemos un poco de historia, recordamos como entre los años 70 y 80 del pasado siglo, la dirección de las empresas y de los centros educativos era bastante jerárquica e impermeable, una dirección basada en las tareas productivas con normas claras y precisas, buscando casi en exclusividad los resultados, posteriormente desde mediados de los años 90 hasta el año 2008 aproximadamente, el ciclo expansivo de la economía generó unos resultados fáciles y cómodos, lo que dio lugar a estilos de liderazgo que se centraron más en las personas y las organizaciones se hicieron más horizontales. En estos últimos años, a partir de la llegada de la crisis, se ha vuelto otra vez en las empresas a la búsqueda de resultados casi exclusivamente.

Lo que todos tenemos en la mente ahora es sobrevivir a los ajustes y recortes, poco menos que diciendo: “virgencita que me quede como estoy”. Pero la realidad es que tenemos que ir pensando en el futuro y en la sostenibilidad de nuestros centros e ir más allá. Hay que potenciar un estilo de dirección que se centre en las personas y en los resultados.

Hay que tener siempre presente que los niños reproducen el carácter de sus escuelas y la sociedad que les rodea, por consiguiente debemos ser conscientes de la responsabilidad que tenemos en nuestras manos y preocuparnos por tener los mejores equipos de dirección que logren inculcar el proyecto de centro a los docentes, para que estos a su vez lo transmitan a los alumnos y sus familias. Lo que sí está claro, es que para poder recoger en cualquier faceta de la vida, antes hay que sembrar y cuidar, si no se cultiva, nada puedes esperar.

Últimamente las principales noticias sobre educación que tenemos en España en los medios de comunicación están asociadas a conflictos, violencia, fracaso, recortes y política, entre otros. La educación es el futuro de un país y eso tiene que ser asumido por todos y mucho más por los responsables en poner las bases de la misma, no podemos permitirnos el lujo de perder el tiempo en discusiones bizantinas, cuando hay tanto por hacer.

Dice Richard Gerver que: “la educación tiene que ver con el futuro, no con el pasado y sin embargo es ahí donde nos encontramos”

La cabeza visible de cualquier centro educativo es el director, por ser la persona que es capaz de asumir riesgos y de llevar a cabo lo que otros no están dispuestos a realizar. Aunque el colegio es un todo y la imagen que se transmite a la sociedad representa el trabajo de lo que se hace en el mismo. Nunca me cansaré de repetir que el colegio lo hacen las personas, no las instalaciones, aunque estas pueden ayudar a desarrollarlo. Lo que transmitan las personas que trabajan en el mismo, es lo que percibe su entorno y la sociedad.
Olga Casanova y Lourdes Bizarra señalan en su libro “Escuelas Inteligentes” las cualidades que debe tener el director de un centro educativo son: actitud de servicio, respeto, sentido del humor, paciencia, generosidad, flexibilidad, afabilidad, decir siempre la verdad, honradez, visión abierta frente a la visión túnel, humildad, sensatez, naturalidad, compromiso y coherencia. Puede que alguno piense que esas cualidades es imposible encontrarlas en una persona, pero se equivocan, hay muchísimas personas que tienen ese perfil y mucho más, pero que resulta que son totalmente desconocidos y eso es precisamente lo que les hace más grandes.
Las nuevas tendencias para llevar un centro educativo están encaminadas a modificar la visión tradicional que poseemos del responsable del centro, pues dónde antes veíamos a un Director como gestor/jefe, ahora nos encontramos con un líder/coach, capaz de preparar a personas que están en su entorno, motivándolas para que puedan producir una efectiva distribución de liderazgo entre el personal, mostrándose como guía de valores que compartirá con el resto de miembros del centro, adoptando compromisos, manteniéndose en un proceso continuo de aprendizaje e innovación, colaborando en todo cuanto pueda y evitando aquella figura internamente competitiva.

Como señala Peter F.Drucker abogado y tratadista austríaco sobre la figura del director-líder:

“Un líder tiene que ser motivador y energizador, alguien que inspira y guía a los otros, que da energía al sistema y genera una situación mágica por la que todos quieren hacer algo extra.”

Este es un planteamiento de cambio radical a la imagen de directivo de hace tan solo algunas décadas, pues la sociedad se ha transformado y nuestras relaciones con los miembros de la comunidad educativa debemos adaptarla a los nuevos tiempos que nos está tocando vivir, para conseguir un mayor compromiso e identificación con el proyecto.

El director se tiene que hacer un planteamiento expositivo desde la humildad, puesto que nadie nace sabiendo, y aún estando toda una vida laboral en un puesto de Dirección, no se puede decir que se tiene todo controlado, sin tener en cuenta que está trabajando con personas y que los cambios generacionales, sociales, económicos y culturales marcan los tiempos, así como la transformación de valores que se están produciendo en la sociedad y por ende en el personal, alumnos y familias que acceden al centro de estudios.

El funcionamiento de un colegio es como una maquinaria que siempre está en marcha, perfectamente engarzada y que requiere estar en constante movimiento, con ritmos fijos obligatorios marcados por los acontecimientos y actividades programadas previstas para cada trimestre, sumadas al fundamental proceso de aprendizaje académico de los alumnos y al uso adecuado que hacemos de la comunicación entre todos los distintos miembros de la Comunidad Educativa.

Una de las funciones más importantes del Director, es ayudar al grupo a pensar metódicamente y cuidar que las relaciones entre sus componentes no se deterioren.

El Director tiene que promover relaciones interpersonales de calidad, fomentando la cordialidad entre el profesorado y el Equipo Directivo, para poder cumplir con eficacia sus objetivos. Se deben erradicar las divisiones internas dentro del Equipo Directivo, pues son el mayor peligro para el mismo. Hay que respaldar y dar cobertura a los miembros del Equipo Directivo y resto del personal, no dejándoles en la estacada y asumir que lo que pasa en el equipo es responsabilidad del Director como máximo responsable.

Las cualidades personales del Director y su Equipo Directivo, serán decisivas en la calidad de vida del Centro Educativo.

Composición nº 8 obra de Vasili Kandinsky 1923