viernes, 26 de diciembre de 2014

INFLUENCIA DE LOS PROGRAMAS DE PRENSA ROSA EN LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS.


Mapa del infierno obra de Sandro Botticelli 1480-1495

Publicado en la sección de opinión del periódico La Provincia el viernes 26 de diciembre de 2014

Desde hace ya unos años, vemos como en las parrillas de distintas cadenas de televisión, los programas de mayor audiencia son aquellos que un día tras otro durante todas las estaciones del año emiten programas de prensa rosa, cuyo hilo conductor y guión fundamental es diseccionar la vida de los personajes públicos y famosos, auspiciados en muchas ocasiones por los propios interesados, porque les da rédito económico ya que les interesa estar en el candelero, y en otros casos en que los famosos no lo buscan, a la audiencia les da más morbo e interés conocer aquellos secretos inconfesables de la vida privada de personas de la alta sociedad, del mundo del arte, la cultura, el deporte y la moda, pero que casualmente, alguien cercano ofrece una información puntual, por una importante cantidad de dinero y la posibilidad de seguir enriqueciéndose a costa de exclusivas, y que son capaces de traicionar hasta a su propia madre.

Antiguamente esos temas tan concretos y banales, se localizaban en exclusividad en determinadas revistas especializadas, las denominadas genéricamente prensa del corazón, que con cierta periodicidad estaban en los kioscos de prensa y dirigida a un público específico, las adquirían los que estaban interesados, dejándonos al resto de los mortales sin la necesidad de saber nada íntimo de nadie. Ahora lo que vende está en la televisión, a cualquier hora y eso es como la palabra de Dios, generando más rédito y audiencia.

¿Realmente es este un modelo de vida que queremos transmitir a nuestros hijos?, vamos a detenernos un poco en lo que percibimos diariamente ante la emisión de cualquier programa de este tipo, en primer lugar observamos un grupo importante de personas cuya única cualificación para estar participando en estos espectáculos, no es otra que el haber hecho mucho ruido con su forma de llevar la vida personal y conseguir venderla a determinada prensa ávida de estas noticias, porque saben que eso tiene gancho y les da cierta popularidad, auspiciada por sacar su vida privada en público a bombo y platillo, sin importarles los modelos que están transmitiendo, generando un estereotipo de vida, de los que ahora muchos jóvenes añoran, pues lo ven como una forma fácil de conseguir dinero sin tener cualificación alguna, a través de exclusivas sobre las relaciones personales con tal o cual famoso, y si a eso le añadimos que tienen fácil verborrea con gritos y descalificaciones hacia los contertulios ante el programa de televisión, tenemos un coctel perfecto para provocar un alto índice de audiencia.

Cuando preguntas a la gente conocida sobre su visión de este tipo de programas, nadie reconoce de entrada estar enganchado a los mismos, pero resulta que si estos programas siguen en los niveles más altos de audiencia, es por su seguimiento masivo y porque tienen un tirón importante en el conjunto de la sociedad. Esto nos vuelve a poner en el punto de mira sobre el tiempo que estamos diariamente ante el televisor y los modelos de vida que están contemplando nuestros hijos con nuestro interés en el desarrollo del programa, por estar entretenidos en algo que no nos aporta nada, simplemente tenernos ocupadas unas horas muertas viendo como se despellejan unos contertulios, faltándose al respeto entre ellos y todo eso va quedando como un poso, que a la larga, no podemos exigirles a nuestro hijos conductas distintas a las que hacemos ante ellos y permitimos que vean. No solo hablamos de lo deseable que sería para nuestros hijos el potenciar los hábitos saludables de orden, respeto, responsabilidad, de felicidad, sino también de analizar lo que sus hijos están deglutiendo día tras día ante el televisor zampándose todo tipo de programas en compañía de los adultos, sin filtrar contenidos, comentarios, actuaciones que ven ante la pantalla de la televisión. Hay que pensar que todo lo que se hace de forma incorrecta, a la larga, tiene sus consecuencias, y en educación las equivocaciones se terminan pagando muy caras.

No voy a entrar en el daño que hace entre el entorno de los adultos estos programas de entretenimiento denominados prensa rosa, esas personas son mayores de edad y libres de elegir y seleccionar el canal en función de sus gustos e inquietudes, demostrando una vez más lo lejos que estamos de conseguir remontar las brujas de antaño sobre nuestro nivel cultural e intereses en general y ahondar en el estudio de si en nuestro tiempo libre nos dedicamos a ver, escuchar y participar de los trapos sucios de otras personas, para aliviarnos de nuestras propias miserias y problemas. Podemos llegar a pensar que si los que están en la televisión son los que se enfrascan en esas discusiones bizantinas, y que a nosotros no nos aportan nada positivo en nuestras vidas, pues pensamos que más bien lo que hacen es generarnos una distracción momentánea, cuyo mensaje no es otro que generar un sedimento residual en nuestra mente llegándonos a preguntar: ¿qué me está aportando este programa de enriquecimiento personal y familiar?

Los modelos de las personas que admiramos en la vida, son los que nos marcan como referente para el futuro, si no tenemos pilares sólidos en los que podamos mirarnos para fijarnos metas, estamos perdidos. El océano atlántico ya fue descubierto hace mucho tiempo y en la educación de los niños es fundamental fijar referentes positivos y constructivos que ayuden a marcar el camino de los mismos.

Nos estamos lamentando de que los representantes del pueblo no tienen la credibilidad que sería deseable, porque anteponen sus intereses personales o partidistas antes que los del pueblo que les eligió, se habla de castas y de regeneración de la sociedad, que los modelos de antaño no son válidos en la actualidad, pero ¿qué modelos les estamos ofreciendo a nuestros hijos día a día?, vivimos en un mundo lleno de contradicciones, nuestros jóvenes encima ven como algunos de esos candidatos a imitar pueden estar trabajando diariamente en la televisión en esos programas de prensa rosa, que ganan mucho dinero, y los niveles de estudio brillan por su ausencia, presumiendo del golpe de suerte que han tenido de estar en el momento justo y en lugar indicado para hacerse de oro a costa de publicitar las miserias de los demás.

¿Hacia dónde vamos? Nos dicen que tenemos que hacer otra forma distinta de enseñar para afrontar los retos que tenemos en este siglo XXI, y al mismo tiempo vemos lo fácil que es generar opinión mediante el bulo con todos los medios que tenemos a nuestro alcance, utilizando aquella máxima del ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels que decía: “difama que algo queda”.
Museo Nacional de Arte Romano de Mérida obra de Rafael Moneo 1986


miércoles, 24 de diciembre de 2014

Felicitación navideña

Adoración de los Reyes Magos, obra de Pedro Pablo Rubens en 1609

Sigo manteniendo la ilusión que en los próximos años, podamos ver cumplidos todos los deseos de encontrarnos un mundo en el que la educación ayude a cambiar  la sociedad hacia un futuro más justo, responsable y solidario.

                Feliz Navidad y Próspero año 2015


Detalle realizado por Leonardo da Vinci en la pintura del Bautismo de Cristo obra de su maestro Andrea Verrocchio  1475-1478




miércoles, 17 de diciembre de 2014

OTRA EDUCACIÓN ES POSIBLE. (y III)

La escuela de Atenas obra de Rafael Sanzio de Urbino 1510-1512




Publicado en la sección de opinión del periódico La Provincia el miércoles 17 de diciembre de 2014


Es muy triste ver a todas esas generaciones que están saliendo de la universidad sin salidas laborales, adaptándose en niveles de exigencia y requisitos mínimos a las nuevas normativas emanadas según cada legislatura por el politizado Ministerio de Educación y las correspondientes Consejerías de Educación de las respectivas autonomías. Parece mentira que quieran que sigamos en este país con aquella lapidaria frase de D. Miguel de Unamuno ¡Qué inventen ellos! Los políticos actuales, no son los que nos van a dar los principios educativos del futuro, ellos intentarán plasmar sus intereses en los programas electorales, que luego se cumplirán o no, pero la educación tiene que estar muy por encima de cualquier ideología e interés político. No hemos querido darnos cuenta que la educación es todo y que abarca cualquier ámbito y cultura social desde que nacemos hasta que morimos.

Con los conocimientos necesarios, todos somos capaces de hacerlo, el tema está en tener la oportunidad y el momento de hacerlo, para ello hay que estar preparado con una formación integral y sólida en donde prevalezca la práctica además de la teoría.

Ya se ha teorizado demasiado y nos hemos perdido durante mucho tiempo en propuestas, que por falta de aplicación se han quedado perdidas en el desván, hace falta que se lleve a la práctica todo lo que sabemos que tenemos que hacer, para dar un auténtico cambio de timón y nos dirijamos hacia otro rumbo donde veamos a niños más felices y con ganas de aprender, que no les suponga un sacrificio el tener que ir a clase, porque no se están enterando de nada, y porque no ven funcionalidad a todo lo que se le explica y exige en las distintas materias. Hay que hacer un mejor ejercicio pedagógico, para saber explicar la importancia, necesidad y utilidad de los estudios, para conseguir mejores resultados y pedir a las familias más corresponsabilidad. Por supuesto que tendríamos que hacer una mención sobre el trato que se le está dando a la educación en estos últimos años en nuestro país, pues están tomando de forma interesada unos resultados de pruebas realizadas por la OCDE, de los que se podría hacer un nuevo debate, para aplicar medidas y cambios legislativos totalmente desmesurados, partidistas y también llevados por la crisis económica, que quieren hacer ver que parte de la culpa de todos los problemas han sido las personas y no las malas políticas llevadas a cabo por el Estado en la educación, y otros muchos aspectos cuyos recortes han supuesto un retroceso tan grande, que para recuperar los niveles de calidad educativa, tendrán que pasar muchos años. Sin ahondar realmente en la causa real del problema, pues cada uno detecta un aspecto que no coincide con el partido de la oposición.

Lo triste es ver como muchos jóvenes que han pasado por las aulas a lo largo de los años, no han adquirido las nociones mínimas que les hubieran podido ayudar a desenvolverse en la nueva sociedad que le está tocando vivir y de esa situación, los responsables somos todos.

De lamentaciones no se vive, pero si tenemos que buscar culpables a todo esto, yo sinceramente achacaría una gran parte de la culpa a nuestra particular idiosincrasia, en donde el valor real que hemos dado a lo largo de nuestra historia a la educación y a los conocimientos, lo circunscribimos de forma obligatoria y exclusivamente a una forma de vida limitada en el tiempo, concretamente desde que tenemos la posibilidad de acceder a un centro de enseñanza, hasta que finalizasen los estudios universitarios, quienes pudieran. Nuestra historia está llena de desaciertos en el ámbito de la educación y en todo ese devenir, nadie hizo suficiente hincapié, quizás de forma interesada, porque no lo teníamos inculcado, en que toda nuestra vida debemos estar en permanente estudio para mejorar como personas y como profesionales en nuestro trabajo. Quizás pensaron que estudiar y pensar permanentemente, no debía ser muy bueno, pues llegaríamos a cuestionar de forma masiva, aspectos fundamentales en los que se sustentaba el antiguo sistema social, político y moral, y lo cierto es que de aquellos barros vienen estos lodos.

Tras observar infinidad de datos que se publican todos los días sobre situaciones puntuales relacionados con la violencia de de género, los bajos niveles de tolerancia hacia todo lo que es distinto a uno, la honestidad, la transparencia y un largo etcétera. Mucha gente ya no se cuestiona que sería necesario implementar desde que los niños son pequeños, se les inculcara los valores que son necesarios para aprender una convivencia en paz y construyendo el futuro de nuestro país, pero eso no es labor de un día, es cuestión de ser constantes los 365 días del año, durante toda la vida, educar es repetir una y otra vez.

Educar en libertad no es permitir todo lo que quieran los hijos, es respetar al prójimo independientemente de cómo seamos los demás. La libertad y la democracia que tenemos hay que ganarla cada día, con las pequeñas acciones que hacemos cada uno desde nuestro ámbito personal, familiar o profesional. Todo lo que perjudique a la libertad y la democracia, estamos dando argumentos a los fanáticos del autoritarismo para justificar su discurso.

Crear una sociedad plural en donde todos tengamos cabida, es una labor conjunta que promueve la educación y por ello tenemos que estar convencidos de querer caminar hacia adelante, con una sociedad con valores positivos, abierta al diálogo y respetuosa con las ideas.

El día que seamos capaces de interiorizar los estudios como una necesidad y no como una obligación, es porque nos habrán inculcado los valores necesarios desde que somos pequeños y tenemos uso de razón, tanto en casa con la familia como en el colegio, que el estudio sea casi como el respirar para alcanzar la meta propuesta.
Judith y Holofernes obra de Artemisia Gentileschi 1612

viernes, 12 de diciembre de 2014

OTRA EDUCACIÓN ES POSIBLE, SI SE QUISIERA (II)

Cupido y Psique obra de Antonio Canova 1787-93



Publicado en la sección de opinión, en la página 34 del periódico La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria el 12 de diciembre de 2014

La realidad es que para cambiar todo esto tenemos que ir a la base de la educación y esa es la familia, sin ella no podremos hacer jamás ese cambio. La familia y el sistema educativo son los pilares sobre los que se sustenta nuestra sociedad, por ese motivo debe haber una comunicación y armonía entre ambos, para que al final podamos conseguir que la educación de los hijos sea la mejor, independientemente del centro que se haya elegido. Los resultados de ese binomio padres-profesores y su comunicación permanente dará lugar a una educación más transparente, en donde fluya un diálogo abierto bidireccional, en el que se potencia el respeto, la responsabilidad, la capacidad de diálogo y además el desarrollo de las propias capacidades intelectuales del alumno que le ayuden a la búsqueda de la verdad y el análisis crítico, para que de esta forma pueda llegar a ser más autónomo. Tenemos que erradicar una educación basada estrictamente en lo memorístico, pues al final resulta ser una educación que no tiene los frutos deseados. El alumno tiene que ser el protagonista directo de su aprendizaje. Debemos tender todos hacia una formación integral de los alumnos y que sea de calidad.

Cada vez que leo las propuestas que D. Francisco Giner de los Ríos, fundador y director de la Institución Libre de Enseñanza, proponía para la educación en España, se me ponen los pelos como escarpias, cuando me doy cuenta del precioso tiempo perdido, y de todo lo que hemos estado haciendo a lo largo del siglo XX y lo que llevamos de siglo XXI, pues desde aquella época D. Francisco vio con claridad que nuestro principal problema era la forma que proponían gestionar la educación a través de los políticos y sus decisiones partidistas, sin tener en cuenta las auténticas necesidades de la sociedad, para dar ese salto hacia adelante y conseguir hacer de España un país moderno y no estar a lo largo de muchas décadas en el vagón de cola de Europa.

D. Francisco Giner de los Ríos llegó a plantear propuestas como la que a continuación citaré, y que son del todo vigentes, pudiendo llegar a pensar que están escritas por las nuevas corrientes pedagógicas para nuestra educación:

“Transformad esas antiguas aulas; suprimid el estrado y la cátedra del maestro, barrera de hielo que lo aísla y hace imposible toda intimidad con el discípulo, suprimid el banco, la grada, el anfiteatro, símbolos perdurables de la uniformidad y del tedio. Romped esas enormes masas de alumnos, por necesidades constreñidas a oír pasivamente una lección, o a alterar en un interrogatorio de memoria, cuando no a presenciar desde distancias increíbles ejercicios y manipulaciones de las que apenas logran darse cuenta. Sustituid en torno al profesor a todos esos elementos clásicos, por un círculo poco numerosos de escolares activos, que piensan, que hablan, que discuten, que se mueven, que están vivos en suma, y cuya fantasía se ennoblece con la idea de una colaboración con el maestro”.

Si desde que nace un niño se le inculcan los valores permanentes de la necesidad del aprendizaje, del esfuerzo y sacrificio necesarios para obtener cualquier cosa en esta vida, y otros valores que ayuden a formar a los auténticos ciudadanos de un país que valoran la democracia y la libertad mediante el respeto y la honestidad, tendremos las bases para que cualquier enseñanza que se imparta, ayudará a la construcción de su futuro, pues ha entendido que interiorizar los contenidos ha sido necesario para realizar cualquier proyecto posteriormente.

Enseñemos a los niños desde pequeños a que trabajen destrezas fundamentales como el trabajo en equipo, conversar de forma fluida sobre cualquier tema del que tenga información, y pueda relacionar, interiorizar el aprendizaje del inglés tan necesario en este mundo globalizado. Como dice el empresario y escritor norteamericano Eric T. Wagner. “Al mundo no le interesa lo que sabes, sino qué hacer con lo que sabes”.

Nos han estado educando a lo largo de todos estos años para que nos estemos obsesionando por la nota, porque el sistema en el que estamos viviendo nos obliga a estar midiéndonos permanentemente, comparándonos con el compañero que está al lado, porque vivimos en un sistema selectivo, potenciando una sociedad excesivamente competitiva, que no ha llevado a otra cosa, que a la insatisfacción personal y al desánimo. ¿Cuántas personas válidas han quedado por el camino, por estar anclados en estructuras decimonónicas, que solo han servido para seleccionar al que más ha trabajado la memoria y no ha servido para ayudar a mejorar a la sociedad?

Estamos viendo cómo pasan por las universidades una cantidad ingente de alumnos perdidos, porque no saben por qué están estudiando esas carreras, que en algunos casos ni les gusta, generando insatisfechos de la vida, pero que se tenía que estudiar, porque sería un fracaso para la familia si no se estudiaba, pero lo cierto, es que tampoco la sociedad le ofertaba nada atractivo para continuar su vida, que no fuera el campo laboral sin cualificación por no tener estudios suficientes.

Nuestra universidad como muchas otras, no se ha enterado que el mundo está cambiando también para ellos, tampoco podemos decir que en estos últimos años, haya sido el faro que esté iluminando los avances pedagógicos para las futuras generaciones, quiero matizar que las facultades son las canteras de los futuros docentes, y hasta la fecha, se ha limitado a copiar modelos caducos que no promueven el verdadero camino en la educación, cuando deberían ser los guías espirituales y reales para los futuros docentes y profesionales que sean capaces de levantar este país con optimismo e ilusión. En el ámbito universitario hay que intentar, ir varios pasos por delante y que toda esta revolución cultural que ha supuesto la globalización que estamos viviendo, no les coja, como está ocurriendo con el paso cambiado y mirando para la pared, porque no saben o no quieren saber cual es formación necesaria para la sociedad del futuro. Es fundamental innovar de forma sistemática en el mundo de la educación.
Adoración de los Magos o Pala Strozzi, obra de Gentile da Fabriano en 1423





viernes, 5 de diciembre de 2014

OTRA EDUCACIÓN ES POSIBLE. (I)

Las Tres Gracias de Niki de Saint Phalle 1994




Publicado en la página 47 de la sección de opinión del periódico La Provincia el viernes 5 de diciembre de 2014.

Con el paso de los años, hemos visto como la educación ha pasado de mano en mano, como una falsa moneda, sin dejar nadie claro el modelo consensuado que todos los españoles queremos para nuestro país. Llega un partido y hace un proyecto, luego viene otro y lo tumba y así vamos a estar, hasta que la ciudadanía cansada de tanta manipulación partidista diga ¡basta ya! Los colegios y las personas que trabajan en ellos, están a expensas de todas las disposiciones que les afecten para cumplir con la normativa. Pendientes siempre de los cambios que repercutirán a sus alumnos y al proyecto educativo de su centro. Si decimos que los contenidos mínimos son importantes, señalar que la educación emocional y los valores que deben adquirir los niños desde el inicio de la escolarización entre la familia y la escuela, son tan importantes o más que haber adquirido determinados conocimientos.

Un proyecto de dirección para un centro educativo del siglo XXI, tiene que estar abierto a las necesidades de la sociedad, se basa fundamentalmente en potenciar a través del equipo docente las aptitudes y capacidades de todos los alumnos, aplicando a través de un aprendizaje colaborativo, alcanzar los verdaderos objetivos de la educación, que se vinculan con la formación de personas con valores positivos y estableciendo las herramientas para que los alumnos adquieran los conocimientos y destrezas necesarias, para que puedan desarrollar mediante la práctica todo aquello que han asimilado.

El alumno debe ser el protagonista de su aprendizaje y el maestro debe ser el orientador que le acompaña a lo largo de su etapa escolar, potenciando la autonomía de sus alumnos y trabajando valores de forma conjunta con las familias, para que de esta forma se corresponsabilicen en la formación de sus hijos.

Entiendo que no se puede estar dirigiendo un colegio como hace tan solo 5 años, o más, tenemos que ir adaptándonos todos a los nuevos tiempos, con las metodología y pedagogías más adecuadas para nuestros alumnos y con un Proyecto Educativo abierto a la realidad social, que sirva como modelo y guía para conseguir educar a buenas personas responsables y con valores. Pudiendo conseguir por un lado tener a nuestros alumnos más felices en el colegio en todas las etapas, y por otro lado que consigan interiorizar los contenidos de forma más comprensiva y menos memorística, adaptándose a las necesidades de cada uno, para que se pueda llegar a la auténtica personalización de la enseñanza. Puede parecer complicado, pero es una labor de todos si realmente queremos cambiar este modelo caduco de educación.

Si partimos que cada alumno es un mundo y debe atendérsele como tal, tenemos que poner todos los medios que están a nuestra disposición para alcanzar ese objetivo. Hay que ir hacia una educación inclusiva, en donde todos los miembros de la comunidad educativa contribuyan en la educación de los alumnos, respondiendo así a la diversidad y participando en un proceso de aprendizaje permanente.

Sería ideal que todos quisieran anhelar el conocimiento y la formación integral para poder mejorar como personas. Hay que promover un colegio que sirva como referente y modelo, para que los alumnos y sus familias se sientan orgullosos y agradecidos del centro de estudio.

Hay que potenciar la búsqueda de una escuela sostenible, abierta a la comunidad, en donde los principales protagonistas sean todos los miembros que participan en la educación de los alumnos como son las familias, profesores, colegio, instituciones y sociedad en general.

Entiendo que debo ser ambicioso en el proyecto para educar a los alumnos de una sociedad globalizada, que pretendemos que sea más justa, solidaria, honesta, preparada para cualquier contratiempo y con unos valores ciudadanos que ayuden a levantar el país y sirvan como modelo para las futuras generaciones. Está claro que la realidad nos hará centrarnos en aspectos puntuales y replantearnos algunos procedimientos para la consecución de la meta final. Sin utopía no hay futuro, y sin sueños no hay creatividad. Aspirar a ser más, ayuda a trabajar con ilusión y creer que se pueden superar los obstáculos, la meta siempre será un sueño que se puede alcanzar, como poder llegar a ser los mejores en nuestro desarrollo, más felices y competentes en aquello que nos propongamos.

De nada sirve andar por la vida pensando en los límites y fronteras al desarrollo personal, pues nadie sabe cuáles son las limitaciones al razonamiento y las capacidades del ser humano. Ser ambicioso en cuanto a los deseos positivos para la educación es bueno, lo contrario supondría volver a los orígenes turbios y hegemónicos, en donde prevalecía el orden impuesto por la fuerza en contra de la razón y la comprensión.

Forjemos colegios para el futuro, en donde nuestros principales protagonistas que son los alumnos, aprehendan y disfruten con el conocimiento, potenciando las capacidades que les permitirá hacerse cada vez más libres y autónomos, ayudándoles a romper las antiguas y futuras cadenas, mediante la reflexión y el razonamiento crítico.

En educación durante muchos años, hemos estado nadando por aguas cenagosas, quizás demasiado tiempo, proyectando un espejismo irreal, al amparo del crecimiento económico cuando se disfrutó de la bonanza auspiciada por una política que potenciaba la cultura del ladrillo, y en épocas anteriores a ese auge debido a que nuestro orgullo patrio, no nos permitía mirar más allá de nuestras fronteras, lo que no ha ayudado en nada para las generaciones de alumnos que han salido de los centros educativos y de las universidades en estas últimas décadas.

Para cambiar el modelo educativo hacen falta personas con voluntad, decisión, consenso, conocimientos sobre la materia, con miras de futuro, tolerantes, honestas, creativas, sensibles, con capacidad de ponerse en la piel de los demás para ser coherente con el proyecto que se quiere para este país y otras cualidades que nos ayuden a crear las bases de una España con optimismo, esperanza e ilusión.
Frescos de la cámara de los esposos en el Palacio Ducal de Urbino, obra de Andrea Mantegna 1465-74


miércoles, 3 de diciembre de 2014

¿PODREMOS ERRADICAR LA VIOLENCIA DEL DEPORTE?

Batalla de San Romano obra de Paolo Ucello en 1455. Se encuentra en el Museo del Louvre  




Publicado en la página 46 del periódico La Provincia el la sección de Deportes del día 3 de diciembre de 2014


Qué triste es que siempre nos acordemos de Santa Bárbara cuando truena. Digo esto, porque ahora cuando lamentablemente, se ha producido un muerto más como consecuencia de una reyerta entre dos aficiones de fútbol, la sociedad se echa las manos a la cabeza y se pregunta ¿cómo es posible que se haya llegado a esto?

En este momento nos ponemos a buscar culpables de una situación que jamás se debió producir, pero que está ahí y refleja algo que está latente en nuestra sociedad, por mucho que se quiera mirar hacia otro lado cuando se habla de violencia juvenil, violencia en el deporte, violencia de género, etc.

Las instituciones y los equipos de deporte profesionales, se sacuden los trajes, señalando que ellos no son los que alientan y promueven, luego por otro lado, hemos visto como en determinados momentos se ha auspiciado mediante medidas de apoyo soterradas, bajo el principio de potenciar de forma populista a los seguidores violentos de equipos, que son hinchas agresivos que campan a sus anchas, recuerdo que aquí en Las Palmas, tuvimos un ejemplo violencia y vergüenza, que se retransmitió a toda España en aquel lamentable final del partido contra el Córdoba, y gracias que no tuvimos desgracias personales, pero cuando se llegan a unos niveles de descontrol llevados por las masas enaltecidas, puede ocurrir cualquier cosa, como sucedió el pasado domingo en Madrid.

Acerquémonos a los patios de los colegios y veremos que desde temprana edad, cuando se llegan a producir enfrentamientos físicos por situaciones ajenas a la dinámica habitual, vemos como en ese momento los compañeros rodean y contemplan a los que están peleando, lejos de separarlos, para que no se produzca más agresión física entre los chicos, los alientan con frases y gritos que son más propias de las películas de los circos romanos, que de un patio de colegio.

Los chicos hacen lo que ven de los mayores, y de lo que contemplan en los distintos medios de comunicación todos los días y nadie les orienta y reconduce lo que ven, los mensajes son siempre los mismos, guerras, violencia callejera entre bandas rivales, enfrentamientos en las manifestaciones, violencia de género, peleas callejeras por defender los colores de tu equipo, etc. Nos estamos acostumbrando a unos niveles de violencia, que ya se asume como normal todo lo que se está produciendo de agresión en nuestro país y en cualquier parte del mundo. Incluso muchos jóvenes justifican las agresiones y sus consecuencias, porque no conocen otra cosa.

Hagamos un pequeño repaso a todas las situaciones que podemos ver semana tras semana, cuando se realizan deportes en los niveles que no son profesionales de todas las disciplinas, en los que intervienen equipos y suponen un contacto físico en el juego. Vemos como familiares de los niños que los acompañan y se quedan para ver los partidos, alientan a sus hijos y a los componentes del equipo de su hijo para que agredan físicamente a los niños del equipo contrario, o que se amenace a los árbitros porque los padres entienden, que no se ha pitado determinada situación sobre el equipo de su hijo,¿ qué modelos están viendo esos hijos?. Vamos a ver quién es el guapo que es capaz de poner el cascabel al gato con el tema de la violencia generalizada y no reconocida en su justa medida, porque si somos capaces todos de reconocer la situación real, podremos comenzar a poner las medidas para su erradicación.

Para que se produzca un cambio y una concienciación real contra cualquier tipo de violencia, tenemos que asumir como una necesidad, que es a través de la educación temprana de los niños, tanto en la familia, como en el colegio y restos de espacios públicos, la única forma de poder construir una sociedad más tolerante y respetuosa con sus contrarios que opinan distinto. Hace falta una voluntad firme por parte de todas aquellas personas e instituciones que intervienen en la formación de los niños, para que se establezcan las bases de forma definitiva, erradicando los comentarios, gestos y actitudes violentas hacia los oponentes de cualquier tipo y por supuesto, una decisión real de los responsables para que se realicen cuantas medidas sean necesarias.

Los modelos a seguir tienen que trascender a la calle, al día a día, por lo que los protagonistas que transmiten valores y ejemplos a través de sus acciones, tienen que modificar drásticamente su violencia en los campos de juego, sea la disciplina deportiva que sea. Las familias deben hacer bien lo que tienen que hacer, querer a sus hijos y educarlos en la tolerancia y el respeto hacia los demás, para atajar ese exceso de competitividad que puede llevar a la agresión obsesionado por la victoria.
Ofelia obra de Sir John Everett Millais 1852