Cuadro: "rechazo al mundo que vivimos" Madrid 2019 Ignacio Pardo
Artículo publicado el 18 de octubre de 2023 página 25 en la sección de Opinión del periodico La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria
*Ignacio Pardo Luzardo
Estaríamos ciegos, si no nos
diéramos cuenta de lo mucho que está cambiando la sociedad con todas las formas
de actuar y de contemplar la vida que conocíamos y teníamos en todos los ámbitos
y edades.
Nos están y nos estamos
descolocando permanentemente con todo, hasta en lo más insignificante. Da la
impresión que el viento siempre ha venido a favor en todo este proceso de
transformación tecnológica, social y cultural, daba igual que hubiera crisis,
pandemia, guerra. El internet y todo lo que le rodea ha estado acompañándonos
en estos últimos años y ha venido para quedarse, como lo fue la imprenta, la
Ilustración o la Revolución Francesa, ahora bien, el uso adecuado o no del
mismo siempre será una decisión que afecta al individuo o a la colectividad a
la que perteneces, o a los medios que dispones. El problema está en la
formación, destino, responsabilidad y valores que tengamos cada uno para saber
utilizar la información y los contenidos que hay en la red.
La sociedad no está pidiendo
inmovilismo, la sociedad pide saber con seriedad cómo digerir todos los cambios
que se están produciendo a su alrededor a raíz de todas las transformaciones,
para poder asumirlo y aplicarlo a su entorno más cercano, como son su familia,
sus relaciones laborales, su círculo más cercano y saber cómo actuar en cada
momento a esta nueva realidad en la sociedad que estamos viviendo, parecemos
muchas veces, como un pollo descabezado sin saber hacia dónde ir.
Las familias a día de hoy,
cuando se habla de la educación de sus hijos en un contexto tan complicado como
el que tenemos, se ven como los últimos de la fila, no tienen la preparación apropiada,
ni se le espera en muchos casos. Les llegan los mensajes de forma inadecuada,
sin saber reaccionar a los problemas diarios que se enfrentan, no sabe
anticiparse, pues no tienen las respuestas correctas para cada situación
puntual de la vida y para cada hijo y a todo ello cada día tienen que afrontar novedades
que les viene del colegio, del entorno laboral, del círculo de amistades, de su
gestión económica familiar y un largo etcétera. Nadie se ha querido parar y
hacer una pequeña hoja de ruta para afrontar lo que quieren, cómo lo quieren,
cuando lo quieren para sus hijos y para el conjunto de la familia, “viven el
presente con lo que tienen”, no les pidas más.
Estamos llenos de tratados
especializados sobre la incidencia de internet en nuestra vidas, consejos en
las redes sociales, intervenciones en los medios de comunicación, sobre los
orígenes de porqué hemos llegado hasta aquí y cuáles pueden ser sus
consecuencias, todos señalan lo que no debe hacerse, pero nadie es capaz de
coger este toro por los cuernos y señalar un rumbo que ayude a gestionar todo
este caos que estamos viviendo y que mucha culpa parte de la falta de medidas
constructivas que se producen en el seno de las familias y su inacción ante los
problemas que está generando su hijo en cualquier ámbito, no solo el escolar,
porque el sistema los ha engullido, ahora a los niños se les permite todo por
falta de límites ya que en casa o fuera de ella hacen lo que quieren y sus
padres no actúan por miedo a las reacciones inesperadas de sus hijos en público
o en privado.
Ya estamos viendo las
consecuencias del mal uso de internet en importantes grupos de jóvenes de todas
las clases sociales, violencia desmesurada, pornografía en edades tempranas,
suplantación de identidad, ciberbullying, sexteen, acoso escolar, etc. Y lo más
fácil siempre es mirar para afuera, la culpa según las familias es de los
colegios, y los colegios siempre se preguntan qué es lo que hacen los niños
fuera del colegio para venir con esas conductas, que control es el que están
ejerciendo los tutores legales sobre esos niños que van al colegio por
obligación y no pensando que su futuro está en sus manos, que sin educación un
país no evoluciona.
Todo lo que nos rodea está muy
mediatizado y judicializado, en donde a pesar de los medios que disponemos en
la actualidad, no nos comunicamos como deberíamos, porque no hay tiempo; pero
tampoco lo buscamos porque es más cómodo dejar fluir los acontecimientos sin
tomar las decisiones que se deberían aplicar en cada situación.
Podríamos decir que todo esto
que nos está ocurriendo se venía venir, pero no es cierto, nadie podía intuir
la deriva que está tomando la vida actual y sus consecuencias a corto y largo
plazo.
Cada generación comenta
siempre respecto a la anterior, que los cambios que se han producido son abismales,
pero lo cierto es que no habíamos visto una sociedad tan desigual a pesar de
tener los mayores índices de conocimiento y democracia que haya vivido nuestro
país y la sociedad occidental. No podemos seguir dejando que nos devore y que
no sepamos la deriva que está tomando cada día, el sistema lo irá absorbiendo,
y nosotros nos estamos dejando ir por la comodidad de las aplicaciones y
ventajas inmediatas que nos ofrecen, pero la pregunta es: ¿Qué nos estamos
dejando por el camino, que nos diferencia a los seres humanos?