martes, 8 de julio de 2025

REALMENTE, ¿ESTA ES LA SOCIEDAD SOÑADA PARA NUESTROS HIJOS?


"Torre de Babel". Pieter Brueghel. 1563. Kunsthistorisches de Viena. Austria


 Artículo publicado en la página 22 de la sección de Opinión del períodico La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria

Comenzaremos otro curso escolar en septiembre en iguales o peores condiciones que el anterior, lleno de incertidumbres, con infinidad de cuestiones cruciales pendientes sin resolver a nivel de educación general y como se suele decir y la casa sin recoger.

Cuando hablamos de educación hay muchos que se ponen de perfil, para que no los señalen, pensando que la responsabilidad se diluye, cuando son muchas las personas e instituciones que intervienen en la formación de los alumnos.

Cada uno podemos pensar que la responsabilidad final la tiene el siguiente en el escalafón y así podemos estar mareando la perdiz hasta el infinito, y con esta situación de precariedad los grandes perdedores, siguen siendo los alumnos, que no entienden lo que pasa a su alrededor, una sociedad cambiante e inestable, con contenidos y valores cambiantes trastocados, carente de seguridad moral, de principios democráticos positivos que sepan aplicar para erradicar aspectos negativos que vemos como se han generalizado en todos los ámbitos y los tenemos que estar dando como buenos porque no hay referentes positivos que los contrarresten. También hay que decir que esto no se reconduce con una varita mágica, ni con una vuelta al pasado. Entre todos tenemos que poner las bases de la nueva sociedad que queremos por el bien de todos y los que tienen las herramientas, como siempre, están mirando para Cuenca.

Debemos actuar de forma inmediata para enmendar muchas actuaciones recientes que afectan al día a día de nuestra juventud, ¡pero hay que hacerlo ya!

Pensamos que al igual que ocurre en el mundo de los adultos, estamos en una espera permanente a ver qué pasa con todo lo que se deben hacer en el desarrollo de la educación, sin embargo es fundamental corregir la desidia, el aburrimiento, la desgana y desmotivación con la que nos estamos encontrando en varias generaciones de jóvenes, que les hemos insistido en que siempre deben estar preparándose, porque esta nueva sociedad que les hemos dejado es trepidante, pero no por ello significa que sea mejor, ni con más oportunidades, mientras nosotros, los adultos, no nos pongamos de acuerdo con lo que queremos.

Vemos a nuestros hijos deambulando de un lado para otro, de un país a otro, buscando una estabilidad que no les llega y que ven cada vez más lejana y que los años pasan y que tienen que seguir preparándose y no llega su momento, para terminar escuchando que están sobre preparados con sus titulaciones. No les llega el famoso tren de la oportunidad del momento justo, pero es que no les está llegando nada, y cuando les llega algo, es para aprovecharse de ellos.

No pido un estado paternalista y protector, sino que la igualdad de oportunidades para todos sea real en función de los méritos y preparación. A igual formación, igual posibilidad de acceso y remuneración.

Me duele ver a jóvenes y no tan jóvenes como están día tras día esperando y buscando su momento para poder estabilizarse y emanciparse de la familia y que como nosotros en su día, tengan su oportunidad de vivir su propia vida sin depender de nadie.

Encima tenemos que dar las gracias que estos jóvenes tengan unas familias que les sigan ayudando cuando pueden, porque ellos no alcanzan a hacer frente económicamente a nada, y tienen que aceptar cualquier trabajo, antes que nada. Es lamentable ver cómo se aprovechan de ellos quienes presumen de que ya hemos superado lo peor de la crisis y que se han estado frotando las manos, para que  pudieran ejercer un abuso permanente, viendo como el mercado laboral  y las condiciones laborales y económicas son cada vez más precarias, los grandes beneficiarios de todo esto son los de siempre con otras caras y con menos años, los que quieren hacer su riqueza gracias a necesidad de los demás, bien sea por viviendas caras, salarios que no alcanzan para un sostenimiento normal, servicios insuficientes y mal atendidos, y un largo etc.

Cómo vamos a pretender que esta juventud avance si no hemos hecho nada para que su situación tenga una garantía de futuro y encima salen informes como el del Ivie y la Fundación BBVA para 2065, señalando que esta tardía salida del domicilio familiar e incorporación al trabajo tiene como consecuencia una prolongación de la vida laboral hasta los 70 o 71 años, para poder percibir una jubilación digna.

La solución por ahora, no la tenemos nadie, pero por lo menos deberíamos intentar poner la mejor voluntad entre todos para hacerles una vida un poco mejor de la que tienen en la actualidad.


Museo Pedagógico de Aragón. Huesca capital.

lunes, 16 de junio de 2025

NUESTRO FUTURO EN MANOS DE LOS JÓVENES

 



Artículo publicado el domingo 15 de junio en la página 31 de la sección de Opinión del Periódico La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria. 

 Las encuestas nos están marcando una idea muy aproximada sobre la intención de voto de una franja de edad de los jóvenes en los últimos sondeos demoscópicos. Estamos viendo como en el continente europeo las mareas ultraconservadoras y nacionalistas están avanzando a pasos agigantados y en nuestro país las proyecciones están manifestándose en el mismo sentido.

Cada país tiene su propia idiosincrasia y el nuestro tiene una carga y una historia muy particular, con una democracia muy reciente, solo hace 47 años que el pueblo español ratificó la Constitución Española, ese tiempo no es nada, aunque parezca una eternidad y que con todo lo que ha sucedido da la impresión que hemos ido y vuelto al pasado varias veces.

Lo cierto es que tenemos infinidad de capítulos por escribir y de puertas que se tienen que cerrar de forma conveniente, con mucho cadáveres y asuntos por el camino que no se enterraron como se tenía que haber hecho, y de aquellos barros tenemos estos lodos.

Ahora nos comenzamos a preguntar por qué hemos llegado a esta situación en la que segmentos de edad de jóvenes no se cortan un ápice en manifestarse en público y en privado como ultraderecha convencida, mostrando ya desde los centros escolares manifestaciones públicas en las aulas y en la calle  enaltecimiento de los símbolos franquistas y proclamas de dicha época, sin haber vivido o experimentado ellos nada de los años de la posguerra, añorando valores caducos de la sociedad con símbolos prohibidos y cantos cuyo significado ni entienden, nombrando a personajes que ni conocieron, ni estudiaron de forma objetiva.

Nos estamos encontrando con un “todo vale” en aras de una pretendida libertad de expresión, respetando solo a los que ellos quieren, no a todos los diferentes, queriendo marcar las líneas por las que todo el mundo se tiene que mover, porque no solo no sale en la foto, sino que deja de aparecer.

Podemos hacernos muchas preguntas, sobre todo, ¿por qué han calado tan profundamente estas ideologías neofascistas entre una franja amplia de la juventud?

¿Qué futuro es el que ellos están percibiendo?

¿Qué educación sobre valores democráticos han recibido en el seno familiar?

¿Qué correcciones se les han hecho cuando comenzaron a manifestarse con proclamas nazis?

¿Qué ha hecho el sistema educativo para que los niños interioricen la democracia, libertad y el rechazo a los movimientos totalitarios?

¿Qué modelos tienen en sus mentes para alcanzar sus metas en la vida?

¿Qué modelos de proyecto de vida están viviendo en la actualidad?

¿Qué expectativas esperan los jóvenes de la sociedad en la que viven?

¿Es la vuelta a los valores tradicionales la única opción que se les está vendiendo a estos jóvenes?

¿Importa el nivel cultural de esta juventud de ultraderecha?

¿Los estudios que realizan les garantiza una estabilidad económica de futuro?

¿Qué nivel de autoexigencia tienen para conseguir los objetivos profesionales o educativos que se propongan?

¿Se consideran que tendrán la preparación suficiente para corregir los errores que van a heredar?

Existen muchas respuestas y seguro que cada uno puede añadir más argumentos que puedan ayudar a comprender esta situación que es tan delicada, porque en breve podrán y tendrán el derecho a votar libremente lo que ellos quieran y probablemente la balanza se inclinará hacia donde ellos decidan.

Lo cierto es que todavía quedan en el cajón infinidad de interrogantes que sus respuestas dependen de cada uno y de la formación y la vida que hayan vivido, pero la conclusión es que todos nos llegamos a hacer las mismas preguntas: ¿cómo ha podido llegar a ocurrir el desapego de la juventud y la deriva ultranacionalista en los tiempos de auge económico que vivimos y con los avances que se están produciendo en la sociedad? ¿En qué nos hemos equivocado?

Da la sensación que se están dando pasos de gigantes hacia atrás, un involucionismo que es muy difícil contrarrestar por la desafección que se está produciendo hacia la clase política por inacción ante las necesidades desatendidas de vivienda, integración y garantía de futuro, añadiendo también las distintas polémicas que surgen a nivel nacional aireadas de forma estridente, trasladando el mensaje que aquí quien grite más alto tiene la razón.

Da miedo pensar que la razón, la verdad, la pluralidad, la diversidad, la democracia y la libertad de pensamiento progresista es woke, ahora solo etiquetan de forma despectiva ellos, los de siempre, los que quieren el poder a cualquier precio, sin importarles la verdad. Se deben retomar todos los valores que nos llevaron a crear una España diversa, multicultural, con diferentes lenguas, democrática, libre de la intolerancia y del fascismo. Nadie en su sano juicio debería desear que volvieran los iluminados salvapatrias para reconquistar de nuevo a España derogando conquistas democráticas, sociales, laborales y culturales que tanto esfuerzo y sacrificio costó a lo largo de estos años. La gente está comenzando a tener miedo, por lo que pueda venir y ya nos están avisando. Quiero recordar el refrán que dice “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.