La dama del armiño obra de Leonardo da Vinci hacia 1489 |
Ignacio Pardo Luzardo*
Publicado en la página 16 del periódico La Provincia el lunes 21 de julio en la sección de opinión.
Ahora que ya ha finalizado el curso académico y es hora de hacer recuento de la labor realizada en el mismo, pondremos en una balanza los éxitos y los fracasos acontecidos, para que en la planificación del próximo curso, se corrijan aquellos puntos débiles y se potencien las fortalezas, para mejorar el funcionamiento del centro.
A todos nos están pidiendo en nuestros puestos de trabajo más eficiencia y eficacia en nuestras actuaciones diarias, para que de este modo el trabajo realizado sea más productivo en aspectos cuantificables y de calidad, ahora bien, si intentamos trasladar esos conceptos de eficacia, eficiencia, calidad y productividad en un centro educativo, resulta que debemos tener en cuenta parámetros más complejos y sensibles para poder aplicar esos principios, puesto que la materia prima con la que se está trabajando son personas y más concretamente niños, adolescentes y jóvenes con sus respectivas familias. Esta es la teoría, ahora la realidad es mucho más compleja, puesto que cada centro es un mundo y lo que sirve para uno, para el Colegio que está al lado no lo puede aplicar, los motivos pueden ser innumerables y todos son válidos, pero lo cierto es que debemos tender a aplicar los principios que antes se mencionaron, si perder de vista la personalización de la educación, la atención individualizada, el alcanzar las competencias básicas en cada una de las áreas, el inculcarles a los alumnos herramientas de aprendizaje y valores que les abrirán puertas en el presente y en el futuro.
Por lo visto, nadie quiere darse cuenta que los centros educativos son una institución que debe funcionar como una maquinaria perfectamente engrasada, en donde confluyen infinidad de personas con planteamientos de vida totalmente distintos y que deben confluir en un único objetivo que es educar y formar a personas para el futuro. Pero para que toda esa maquinaria pueda funcionar, debe existir una perfecta comunicación entre todos los miembros que participan en la Comunidad Educativa, como dice Marta Albadalejo Mur “para que una institución educativa pueda educar con eficacia, debe estar engrasada con una buena comunicación”.
No me cabe la menor duda, que una buena comunicación, es un elemento crucial para cualquier empresa o centro educativo que quiera tener éxito en el área que se desenvuelva. Y como siempre ocurre, solemos valorar más las cosas cuando las perdemos, y si se pierde la comunicación en cualquier centro de trabajo, eso supone en un colegio, que va proa al marisco. Pero claro la comunicación que señalamos es un elemento fundamental en cualquier relación humana, mucho más importante, si lo que pretendemos es ponernos de acuerdo en la forma de actuar y de funcionar de cara a terceras personas como son los alumnos y sus familias, que precisan necesariamente de una coordinación perfecta, para que el engranaje funcione, y sepa transmitir lo que se quiere, por qué se quiere y cuando se debe hacer.
Muchos de los problemas que surgen en los colegios entre las personas que conviven/trabajan en ese espacio durante tantas horas al día es por un lado, el vertiginoso ritmo de trabajo diario impartiendo clases a distintos niveles, teniendo además que preparar, explicar, atender, escuchar, en resumidas cuentas educar y por otro lado, carecer de una comunicación adecuada entre los miembros del claustro de cada centro, que cuando deciden comunicarse, la estrategia utilizada no responde a estas máximas en la comunicación:
¿Cómo decir lo que se pretende comunicar?
¿Cuándo decir lo que se pretende comunicar?
¿Por qué decir lo que se pretende comunicar?
¿Tengo razones para decir lo que se pretende comunicar?
¿Qué resultados pretendo obtener por decirlo?
En la actualidad para fomentar la comunicación e intentar mejorar la forma de trabajar en las empresas, han surgido los coaching en distinta áreas de la vida, para intentar obtener lo mejor de cada individuo en cada uno de los sectores, pero en el fondo qué es un coaching?, sino un canalizador de comunicación para aunar esfuerzos y energías de los miembros de una empresa o centro educativo, ayudando a reflexionar mediante el acompañamiento y formulación de preguntas, pero el coach no dice qué hacer, no receta fórmulas, ni soluciona problemas, solo hace preguntas a través de una comunicación fluida, para situarnos al principio del camino que se debe emprender, se le considera pues un facilitador pedagógico de procesos de cambio en las personas. Ese papel de facilitador de la comunicación lo deben ejercer los equipos directivos en los centros educativos y saber trasladar a todas las personas que trabajan en el colegio, la necesidad de potenciar una comunicación fluida, puesto que cuando trabajas en una institución educativa, todas las conversaciones que sirven para educar, forman parte de tu trabajo.
Para poder comunicarnos de forma efectiva en cualquier colectivo de personas que tenga una meta en común como son los colegios, lo primero que se debe hacer es escuchar, escuchar es querer comprender el mundo de la otra persona, escuchar no es oír, escuchar significa respetar y confiar en el otro y en sus capacidades.
De nada sirve que en un centro educativo hayan instalaciones maravillosas, si cada una de las personas que están en contacto con alumnos y familias van por su lado, impartiendo su materia en el nivel correspondiente, sin producirse las comunicaciones necesarias que transfieran la información precisa a las personas con responsabilidad, para tomar la decisión más conveniente en cada momento.
Es muy complejo sintetizar los factores que inciden en una buena comunicación dentro de cualquier colectivo, teniendo en cuenta que existen infinidad de formas de comunicarnos sin necesidad de utilizar la palabra, pues todos emitimos mensajes no verbales constantemente, desde la forma de vestirnos, hasta nuestro gestos o como nos desenvolvemos en los distintos espacios.
Por todo lo que he manifestado anteriormente, está claro que debemos cuidar más las distintas formas en las que nos comunicamos, en todos los ámbitos de la vida, puesto que los mensajes que transmitimos tienen unas consecuencias, y antes de actuar debemos pensar lo que transmitimos, para que su mensaje tenga el efecto deseado y no deje cadáveres por el camino.
Una comunicación eficaz y exquisita con todas las personas que están vinculadas a un colegio, denota un valor añadido de calidad, que quiera o no, repercute finalmente en la educación de los niños y en la satisfacción de las familias.
Asesor-Gestor Educativo.
Ahora que ya ha finalizado el curso académico y es hora de hacer recuento de la labor realizada en el mismo, pondremos en una balanza los éxitos y los fracasos acontecidos, para que en la planificación del próximo curso, se corrijan aquellos puntos débiles y se potencien las fortalezas, para mejorar el funcionamiento del centro.
A todos nos están pidiendo en nuestros puestos de trabajo más eficiencia y eficacia en nuestras actuaciones diarias, para que de este modo el trabajo realizado sea más productivo en aspectos cuantificables y de calidad, ahora bien, si intentamos trasladar esos conceptos de eficacia, eficiencia, calidad y productividad en un centro educativo, resulta que debemos tener en cuenta parámetros más complejos y sensibles para poder aplicar esos principios, puesto que la materia prima con la que se está trabajando son personas y más concretamente niños, adolescentes y jóvenes con sus respectivas familias. Esta es la teoría, ahora la realidad es mucho más compleja, puesto que cada centro es un mundo y lo que sirve para uno, para el Colegio que está al lado no lo puede aplicar, los motivos pueden ser innumerables y todos son válidos, pero lo cierto es que debemos tender a aplicar los principios que antes se mencionaron, si perder de vista la personalización de la educación, la atención individualizada, el alcanzar las competencias básicas en cada una de las áreas, el inculcarles a los alumnos herramientas de aprendizaje y valores que les abrirán puertas en el presente y en el futuro.
Por lo visto, nadie quiere darse cuenta que los centros educativos son una institución que debe funcionar como una maquinaria perfectamente engrasada, en donde confluyen infinidad de personas con planteamientos de vida totalmente distintos y que deben confluir en un único objetivo que es educar y formar a personas para el futuro. Pero para que toda esa maquinaria pueda funcionar, debe existir una perfecta comunicación entre todos los miembros que participan en la Comunidad Educativa, como dice Marta Albadalejo Mur “para que una institución educativa pueda educar con eficacia, debe estar engrasada con una buena comunicación”.
No me cabe la menor duda, que una buena comunicación, es un elemento crucial para cualquier empresa o centro educativo que quiera tener éxito en el área que se desenvuelva. Y como siempre ocurre, solemos valorar más las cosas cuando las perdemos, y si se pierde la comunicación en cualquier centro de trabajo, eso supone en un colegio, que va proa al marisco. Pero claro la comunicación que señalamos es un elemento fundamental en cualquier relación humana, mucho más importante, si lo que pretendemos es ponernos de acuerdo en la forma de actuar y de funcionar de cara a terceras personas como son los alumnos y sus familias, que precisan necesariamente de una coordinación perfecta, para que el engranaje funcione, y sepa transmitir lo que se quiere, por qué se quiere y cuando se debe hacer.
Muchos de los problemas que surgen en los colegios entre las personas que conviven/trabajan en ese espacio durante tantas horas al día es por un lado, el vertiginoso ritmo de trabajo diario impartiendo clases a distintos niveles, teniendo además que preparar, explicar, atender, escuchar, en resumidas cuentas educar y por otro lado, carecer de una comunicación adecuada entre los miembros del claustro de cada centro, que cuando deciden comunicarse, la estrategia utilizada no responde a estas máximas en la comunicación:
¿Cómo decir lo que se pretende comunicar?
¿Cuándo decir lo que se pretende comunicar?
¿Por qué decir lo que se pretende comunicar?
¿Tengo razones para decir lo que se pretende comunicar?
¿Qué resultados pretendo obtener por decirlo?
En la actualidad para fomentar la comunicación e intentar mejorar la forma de trabajar en las empresas, han surgido los coaching en distinta áreas de la vida, para intentar obtener lo mejor de cada individuo en cada uno de los sectores, pero en el fondo qué es un coaching?, sino un canalizador de comunicación para aunar esfuerzos y energías de los miembros de una empresa o centro educativo, ayudando a reflexionar mediante el acompañamiento y formulación de preguntas, pero el coach no dice qué hacer, no receta fórmulas, ni soluciona problemas, solo hace preguntas a través de una comunicación fluida, para situarnos al principio del camino que se debe emprender, se le considera pues un facilitador pedagógico de procesos de cambio en las personas. Ese papel de facilitador de la comunicación lo deben ejercer los equipos directivos en los centros educativos y saber trasladar a todas las personas que trabajan en el colegio, la necesidad de potenciar una comunicación fluida, puesto que cuando trabajas en una institución educativa, todas las conversaciones que sirven para educar, forman parte de tu trabajo.
Para poder comunicarnos de forma efectiva en cualquier colectivo de personas que tenga una meta en común como son los colegios, lo primero que se debe hacer es escuchar, escuchar es querer comprender el mundo de la otra persona, escuchar no es oír, escuchar significa respetar y confiar en el otro y en sus capacidades.
De nada sirve que en un centro educativo hayan instalaciones maravillosas, si cada una de las personas que están en contacto con alumnos y familias van por su lado, impartiendo su materia en el nivel correspondiente, sin producirse las comunicaciones necesarias que transfieran la información precisa a las personas con responsabilidad, para tomar la decisión más conveniente en cada momento.
Es muy complejo sintetizar los factores que inciden en una buena comunicación dentro de cualquier colectivo, teniendo en cuenta que existen infinidad de formas de comunicarnos sin necesidad de utilizar la palabra, pues todos emitimos mensajes no verbales constantemente, desde la forma de vestirnos, hasta nuestro gestos o como nos desenvolvemos en los distintos espacios.
Por todo lo que he manifestado anteriormente, está claro que debemos cuidar más las distintas formas en las que nos comunicamos, en todos los ámbitos de la vida, puesto que los mensajes que transmitimos tienen unas consecuencias, y antes de actuar debemos pensar lo que transmitimos, para que su mensaje tenga el efecto deseado y no deje cadáveres por el camino.
Una comunicación eficaz y exquisita con todas las personas que están vinculadas a un colegio, denota un valor añadido de calidad, que quiera o no, repercute finalmente en la educación de los niños y en la satisfacción de las familias.
Asesor-Gestor Educativo.
Pórtico sur de las Cariátides en el templo del Erecteón obra del arquitecto Mnesicles S. V a.C |