martes, 8 de julio de 2025

REALMENTE, ¿ESTA ES LA SOCIEDAD SOÑADA PARA NUESTROS HIJOS?


"Torre de Babel". Pieter Brueghel. 1563. Kunsthistorisches de Viena. Austria


 Artículo publicado en la página 22 de la sección de Opinión del períodico La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria

Comenzaremos otro curso escolar en septiembre en iguales o peores condiciones que el anterior, lleno de incertidumbres, con infinidad de cuestiones cruciales pendientes sin resolver a nivel de educación general y como se suele decir y la casa sin recoger.

Cuando hablamos de educación hay muchos que se ponen de perfil, para que no los señalen, pensando que la responsabilidad se diluye, cuando son muchas las personas e instituciones que intervienen en la formación de los alumnos.

Cada uno podemos pensar que la responsabilidad final la tiene el siguiente en el escalafón y así podemos estar mareando la perdiz hasta el infinito, y con esta situación de precariedad los grandes perdedores, siguen siendo los alumnos, que no entienden lo que pasa a su alrededor, una sociedad cambiante e inestable, con contenidos y valores cambiantes trastocados, carente de seguridad moral, de principios democráticos positivos que sepan aplicar para erradicar aspectos negativos que vemos como se han generalizado en todos los ámbitos y los tenemos que estar dando como buenos porque no hay referentes positivos que los contrarresten. También hay que decir que esto no se reconduce con una varita mágica, ni con una vuelta al pasado. Entre todos tenemos que poner las bases de la nueva sociedad que queremos por el bien de todos y los que tienen las herramientas, como siempre, están mirando para Cuenca.

Debemos actuar de forma inmediata para enmendar muchas actuaciones recientes que afectan al día a día de nuestra juventud, ¡pero hay que hacerlo ya!

Pensamos que al igual que ocurre en el mundo de los adultos, estamos en una espera permanente a ver qué pasa con todo lo que se deben hacer en el desarrollo de la educación, sin embargo es fundamental corregir la desidia, el aburrimiento, la desgana y desmotivación con la que nos estamos encontrando en varias generaciones de jóvenes, que les hemos insistido en que siempre deben estar preparándose, porque esta nueva sociedad que les hemos dejado es trepidante, pero no por ello significa que sea mejor, ni con más oportunidades, mientras nosotros, los adultos, no nos pongamos de acuerdo con lo que queremos.

Vemos a nuestros hijos deambulando de un lado para otro, de un país a otro, buscando una estabilidad que no les llega y que ven cada vez más lejana y que los años pasan y que tienen que seguir preparándose y no llega su momento, para terminar escuchando que están sobre preparados con sus titulaciones. No les llega el famoso tren de la oportunidad del momento justo, pero es que no les está llegando nada, y cuando les llega algo, es para aprovecharse de ellos.

No pido un estado paternalista y protector, sino que la igualdad de oportunidades para todos sea real en función de los méritos y preparación. A igual formación, igual posibilidad de acceso y remuneración.

Me duele ver a jóvenes y no tan jóvenes como están día tras día esperando y buscando su momento para poder estabilizarse y emanciparse de la familia y que como nosotros en su día, tengan su oportunidad de vivir su propia vida sin depender de nadie.

Encima tenemos que dar las gracias que estos jóvenes tengan unas familias que les sigan ayudando cuando pueden, porque ellos no alcanzan a hacer frente económicamente a nada, y tienen que aceptar cualquier trabajo, antes que nada. Es lamentable ver cómo se aprovechan de ellos quienes presumen de que ya hemos superado lo peor de la crisis y que se han estado frotando las manos, para que  pudieran ejercer un abuso permanente, viendo como el mercado laboral  y las condiciones laborales y económicas son cada vez más precarias, los grandes beneficiarios de todo esto son los de siempre con otras caras y con menos años, los que quieren hacer su riqueza gracias a necesidad de los demás, bien sea por viviendas caras, salarios que no alcanzan para un sostenimiento normal, servicios insuficientes y mal atendidos, y un largo etc.

Cómo vamos a pretender que esta juventud avance si no hemos hecho nada para que su situación tenga una garantía de futuro y encima salen informes como el del Ivie y la Fundación BBVA para 2065, señalando que esta tardía salida del domicilio familiar e incorporación al trabajo tiene como consecuencia una prolongación de la vida laboral hasta los 70 o 71 años, para poder percibir una jubilación digna.

La solución por ahora, no la tenemos nadie, pero por lo menos deberíamos intentar poner la mejor voluntad entre todos para hacerles una vida un poco mejor de la que tienen en la actualidad.


Museo Pedagógico de Aragón. Huesca capital.

lunes, 16 de junio de 2025

NUESTRO FUTURO EN MANOS DE LOS JÓVENES

 



Artículo publicado el domingo 15 de junio en la página 31 de la sección de Opinión del Periódico La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria. 

 Las encuestas nos están marcando una idea muy aproximada sobre la intención de voto de una franja de edad de los jóvenes en los últimos sondeos demoscópicos. Estamos viendo como en el continente europeo las mareas ultraconservadoras y nacionalistas están avanzando a pasos agigantados y en nuestro país las proyecciones están manifestándose en el mismo sentido.

Cada país tiene su propia idiosincrasia y el nuestro tiene una carga y una historia muy particular, con una democracia muy reciente, solo hace 47 años que el pueblo español ratificó la Constitución Española, ese tiempo no es nada, aunque parezca una eternidad y que con todo lo que ha sucedido da la impresión que hemos ido y vuelto al pasado varias veces.

Lo cierto es que tenemos infinidad de capítulos por escribir y de puertas que se tienen que cerrar de forma conveniente, con mucho cadáveres y asuntos por el camino que no se enterraron como se tenía que haber hecho, y de aquellos barros tenemos estos lodos.

Ahora nos comenzamos a preguntar por qué hemos llegado a esta situación en la que segmentos de edad de jóvenes no se cortan un ápice en manifestarse en público y en privado como ultraderecha convencida, mostrando ya desde los centros escolares manifestaciones públicas en las aulas y en la calle  enaltecimiento de los símbolos franquistas y proclamas de dicha época, sin haber vivido o experimentado ellos nada de los años de la posguerra, añorando valores caducos de la sociedad con símbolos prohibidos y cantos cuyo significado ni entienden, nombrando a personajes que ni conocieron, ni estudiaron de forma objetiva.

Nos estamos encontrando con un “todo vale” en aras de una pretendida libertad de expresión, respetando solo a los que ellos quieren, no a todos los diferentes, queriendo marcar las líneas por las que todo el mundo se tiene que mover, porque no solo no sale en la foto, sino que deja de aparecer.

Podemos hacernos muchas preguntas, sobre todo, ¿por qué han calado tan profundamente estas ideologías neofascistas entre una franja amplia de la juventud?

¿Qué futuro es el que ellos están percibiendo?

¿Qué educación sobre valores democráticos han recibido en el seno familiar?

¿Qué correcciones se les han hecho cuando comenzaron a manifestarse con proclamas nazis?

¿Qué ha hecho el sistema educativo para que los niños interioricen la democracia, libertad y el rechazo a los movimientos totalitarios?

¿Qué modelos tienen en sus mentes para alcanzar sus metas en la vida?

¿Qué modelos de proyecto de vida están viviendo en la actualidad?

¿Qué expectativas esperan los jóvenes de la sociedad en la que viven?

¿Es la vuelta a los valores tradicionales la única opción que se les está vendiendo a estos jóvenes?

¿Importa el nivel cultural de esta juventud de ultraderecha?

¿Los estudios que realizan les garantiza una estabilidad económica de futuro?

¿Qué nivel de autoexigencia tienen para conseguir los objetivos profesionales o educativos que se propongan?

¿Se consideran que tendrán la preparación suficiente para corregir los errores que van a heredar?

Existen muchas respuestas y seguro que cada uno puede añadir más argumentos que puedan ayudar a comprender esta situación que es tan delicada, porque en breve podrán y tendrán el derecho a votar libremente lo que ellos quieran y probablemente la balanza se inclinará hacia donde ellos decidan.

Lo cierto es que todavía quedan en el cajón infinidad de interrogantes que sus respuestas dependen de cada uno y de la formación y la vida que hayan vivido, pero la conclusión es que todos nos llegamos a hacer las mismas preguntas: ¿cómo ha podido llegar a ocurrir el desapego de la juventud y la deriva ultranacionalista en los tiempos de auge económico que vivimos y con los avances que se están produciendo en la sociedad? ¿En qué nos hemos equivocado?

Da la sensación que se están dando pasos de gigantes hacia atrás, un involucionismo que es muy difícil contrarrestar por la desafección que se está produciendo hacia la clase política por inacción ante las necesidades desatendidas de vivienda, integración y garantía de futuro, añadiendo también las distintas polémicas que surgen a nivel nacional aireadas de forma estridente, trasladando el mensaje que aquí quien grite más alto tiene la razón.

Da miedo pensar que la razón, la verdad, la pluralidad, la diversidad, la democracia y la libertad de pensamiento progresista es woke, ahora solo etiquetan de forma despectiva ellos, los de siempre, los que quieren el poder a cualquier precio, sin importarles la verdad. Se deben retomar todos los valores que nos llevaron a crear una España diversa, multicultural, con diferentes lenguas, democrática, libre de la intolerancia y del fascismo. Nadie en su sano juicio debería desear que volvieran los iluminados salvapatrias para reconquistar de nuevo a España derogando conquistas democráticas, sociales, laborales y culturales que tanto esfuerzo y sacrificio costó a lo largo de estos años. La gente está comenzando a tener miedo, por lo que pueda venir y ya nos están avisando. Quiero recordar el refrán que dice “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.





domingo, 16 de junio de 2024

¡QUE VIENE EL LOBO!

 

"El tapiz del tiempo" obra realizada por Ignacio Pardo Luzardo en 1976. Colección Privada Las Palmas de Gran Canaria.






Artículo publicado hoy domingo 16 de junio en la página 36 de la sección de Opinión del periódico La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria

Visto lo visto, en algo nos hemos vuelto a equivocar durante todos estos años, si la alternativa que ven de futuro las próximas generaciones es la ultraderecha y el radicalismo para nuestro país y para Europa.

Cuando no hemos sabido enseñar desde las familias, los centros educativos y la sociedad en la que vivimos el valor de la democracia, la libertad, la igualdad de oportunidades y el respeto a todos los que no opinen y sean como yo, de nada sirve toda la historia vivida en estos últimos 100 años de penurias políticas, económicas, sociales, democráticas, etc. y de conquistas que se alcanzaron con sangre, sudor y lágrimas de toda una nación, para que ahora lleguen unos visionarios manipuladores de sus intereses y quieran que todos comulguemos con sus ruedas de molino, cuyas propuestas demagógicas son totalmente venenosas.

La realidad es que todos hemos contribuido a alcanzar la situación actual y a pesar de que siempre hemos visto que venía el lobo, jamás hemos querido creer, que lo teníamos tan cerca de casa y con la intención clara de arrancarnos todas las conquistas sociales alcanzadas, con los medios más antidemocráticos que existen como son la mentira y la manipulación.

Ahora nos lamentamos por la incapacidad e inacción de la clase política y del resto de la sociedad, que hemos permitido que esos extremistas vayan a sus anchas, pisoteando todo lo que supone democracia, libertad y Estado del Bienestar. La libertad no consiste en respetar a los que quieren suprimirla a cualquier precio, hay que comenzar a poner remedio a ese mal entendido respeto democrático hacia los que no creen en la democracia, recuerdo que eso mismo se produjo en el siglo pasado y llegaron los movimientos totalitarios con sus desastrosas consecuencias en pérdidas de vidas humanas y guerras fratricidas.

En España llevamos muy poco tiempo viviendo en libertad y las nuevas generaciones, que han perdido la noción de la historia y el tiempo, piensan que siempre se ha vivido en libertad, pudiendo decir cada uno lo que estime sin faltar al respeto, pero es que ahora ni eso, y por desgracia esa falta de veracidad en las exposiciones se expande a todos los ámbitos de la sociedad, la familia, mundo laboral, económico y como no a nuestras relaciones humanas.

Debemos hacer un alto en el camino y ver donde seguimos fallando para que hayan surgido tantos salvapatrias melancólicos, que se creen que solo ellos tienen la razón.

La democracia es libertad, pluralismo, debatir, dilucidar, confrontar ideas, ceder ante los datos objetivos contrastados y al final se impondrá el que más consenso y apoyos tenga.

Toda esa crispación que nos han hecho estar viviendo en estos últimos años, han alimentado a ese lobo, haciéndose más grande y que con su instinto animal se ha ido nutriendo de los más débiles y de los que no soportan que existan personas que opinen distinto a ellos.

Cada uno de nosotros deberíamos movernos por nuestras propias ideas forjadas a raíz del convencimiento, de la necesidad y de la realidad de cada uno, pero no por la manipulación torticera de la realidad, la mentira y las verdades a medias. Pero esta sociedad del siglo XXI vemos como las redes sociales están siendo capaces de levantar a auténticos monstruos y de expulsar del sistema mediante las noticias falsas.

Hay quienes prefieren mirar al pasado para encontrar soluciones del futuro y hay otros que solo miran su propio interés tildándolo de avances sociales. No hemos sido capaces de encontrar el consenso y el término medio, porque todo está encaminado por las posturas extremas de los que tienen la responsabilidad de ser modelos para el resto de la ciudadanía.




miércoles, 22 de mayo de 2024

SIN LAS FAMILIAS ES IMPOSIBLE EDUCAR

 

Obra realizada por Ignacio Pardo Luzardo en 1974 titulada "la percepción de los mundos paralelos". Colección privada.

Artículo publicado en el periódico La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria de hoy 22 de mayo en la sección de Opinión página 25.


Llevamos muchos años lamentándonos de infinidad de aspectos que se relacionan con la educación de nuestros hijos y alumnos en general y al final siempre se llega a la misma conclusión, que el sistema en el que vivimos y la crispación política está invadiendo todo y nos están confundiendo poco a poco.

En la sociedad en la que vivimos, siempre hemos tenido la mala costumbre cuando vemos algo que no está bien, de mirar justo al lado contrario de donde debemos mirar para encontrar la solución. Todos echamos balones fuera señalando la culpa a los demás, nadie analiza objetivamente qué es lo que se está haciendo bien, mal o regular para mejorarlo o rectificarlo.

Si no conseguimos interiorizar en la mente de todos y cada uno de los habitantes de este país, que la educación es el único motor evidente que nos va a hacer salir de la ignorancia, de la manipulación y de la dependencia de los demás, jamás veremos la importancia para el futuro y presente de las generaciones que se formarán y se están formando en este país.

Duele ver cómo hay generaciones que se enorgullecen del desconocimiento supino que han alcanzado tras pasar por una educación obligatoria que no ha llegado a ninguna parte del cerebro y que no saben aplicar los mínimos saberes que se les impartieron en su día durante su edad escolar. Culpables somos todos, porque viendo lo que está pasando, no se han tomado las medidas desde el origen para corregir todos los defectos que se han detectado desde hace muchísimo tiempo. Buscar cabezas que cortar no tiene sentido, si nadie reconoce los errores cometidos desde los inicios en este ámbito y todas las repercusiones que está teniendo. Los tiempos y las demandas han ido cambiando con el paso del tiempo y aquí nadie se ha planteado adaptar la educación a la realidad que nos está arrasando en todos los ámbitos social, personal, laboral, económico, político, estratégico, etc.… Podríamos justificar lo injustificable, pero esta es nuestra realidad.

Nada es inmutable y todo está cambiando para quedarse. Pensar que antes se vivía mejor es una falacia, pues eso dependería desde la perspectiva económico social de cada uno y como consecuencia, cada individuo vivía su vida según las cartas que le hubiera tocado, igualdad de oportunidades pocas.

La única manera de mejorar y luchar contra lo que no queremos es con la educación, el conocimiento, la cultura e igualdad de oportunidades. Aunque hoy en día esté todo en internet, pero si yo no sé lo que quiero, ni como buscarlo, ni para qué lo quiero, da igual que exista la Inteligencia Artificial (IA) o cualquier plataforma de internet, es como estar perdido en un bosque y no saber para qué sirve el bosque, ni tener ni idea de cómo salir del mismo.

Muchos se preguntarán y ¿cómo puedo hacer yo desde mi ámbito individual y familiar para que todo esto pueda cambiar?, pues lo primero es darse cuenta cada uno desde donde partimos y reconocer con humildad las limitaciones que se tienen, para corregirlas y asimismo es necesario una mayor implicación e interés en la educación de sus hijos, acompañándolos y escuchándolos para que entre todos podamos hacer buenos ciudadanos con la cultura, el conocimiento, el interés y la creatividad necesaria para cambiar este mundo que nos ha tocado vivir, haciéndolo un poco más humano y respetando todas las diferencias.

No podemos estar esperando siempre que sean los demás los que se equivoquen con reflexiones acomodadas diciendo:” mientras mi hijo esté feliz y no tenga problemas, yo no intervengo”. Esta forma de pensar es la que han tenido nuestros padres y muchas familias en la actualidad y estamos heredando esa comodidad en perjuicio del futuro de nuestros hijos. No consiste en limitarse por parte de las familias a preguntar a sus hijos cuando llegan de colegio qué es lo que comieron, o si algún compañero/a les golpeó en el patio, es interesarse realmente por él, por lo que aprendió ese día, por las nuevas amistades que hizo, por cómo se siente y cómo puede mejorar cada día si se esfuerza un poco más, por enseñarle como debe superar la frustración cuando algo no le salga bien o haya perdido en un juego, por hacerles ver que siempre van a estar con él en los buenos y los malos momentos. Enseñarles que los límites son necesarios dentro de un proceso de aprendizaje, que todo no vale y sobre todo que el colegio elegido por la familia es una continuación de la educación que reciben en casa, por lo que tienen una máxima confianza durante lo que se hace durante la jornada escolar.

Puede que haya alguna familia que se considere que no está cualificada para hacer otra cosa, porque no tiene la preparación necesaria, pero esto va más allá, es un cambio radical en la manera de interactuar las familias con los centros educativos, en resumidas cuentas, una mayor implicación por el bien de sus hijos. El diálogo y el consenso entre familia y colegio es la mejor manera de implicarse en el futuro de sus hijos. Lo que no consigan arreglar cuando sus hijos son pequeños, difícilmente lo van a enderezar cuando sean adolescentes o aún mayores.

No tenemos la misma sociedad que hace 20 o 30 años, por lo que no podemos utilizar los mismos planteamientos, ni somos los mismos, ni los niños responden igual que hace tres décadas y además existen infinidad de elementos externos que están distorsionando todas las realidades individuales y que debemos incorporar a sus vidas de manera ordenada y con un sentido práctico dentro de una sociedad plural que debe volver a encontrarse con una meta democratizadora común.



miércoles, 20 de marzo de 2024

LOS DOCENTES DEL SIGLO XXI

 

Foto realizada por Ignacio Pardo Luzardo


Últimamente, estamos redefiniendo todas y cada una de las profesiones y especializaciones como consecuencia de los cambios tan abismales que se están produciendo en nuestra sociedad por la evolución en la que estamos inmersos, sin pararnos a hacer un filtro de todo aquello que podamos aprovechar y que ha dado resultados. Como quiera que es una utopía que nos pongamos de acuerdo con un pacto entre todos los partidos sobre la educación que queremos para las futuras generaciones, vamos a centrarnos en el pilar más importante sobre el que se está cimentando la educación de nuestro país, ese pilar es el docente.

A los docentes con ciertos años de profesión y a otros que se apuntaron al carro pensando que sería más sencillo la labor de la enseñanza, les ha venido de repente un tsunami metodológico, ideológico, pedagógico y de forma de trabajar con los alumnos y sus familias, que les está cogiendo con el paso cambiado, al igual que ocurre con los planes de estudio diseñados en las universidades para los presentes y futuros enseñantes.

Se ha hablado mucho de la importancia que ejercen los docentes sobre los alumnos en las distintas etapas educativas, pero lo más importante de todo es que los propios docentes se tienen que creer y convencer que su labor es fundamental para el futuro de las personas a las que enseña, que todo cuanto acontece alrededor de la enseñanza son añadidos propios de cada etapa y que no niego que en la actualidad puedan aburrir y desmoralizar a los profesionales docentes cuando están viendo y sufriendo  infinidad de situaciones que les superan y ellos no pueden controlar, ni tienen las herramientas necesarias para solucionar los infinitos problemas que acontecen diariamente. Pero es la profesión que hemos elegido, con sus ventajas y con sus inconvenientes.

Generalizar no es bueno, pero hay que señalar las metas hacia dónde queremos llegar en esta nueva etapa que nos está tocando vivir. Reconocemos que en las facultades universitarias no se les dan todas las herramientas para sobrellevar esta y cualquier situación que nos venga, pero tenemos que apechugar con ello, porque somos conscientes que los alumnos son la materia prima con la que trabajamos y son innumerables los objetivos que tenemos que alcanzar con ellos y por supuesto que las familias deben hacer su función en casa, para que los docentes puedan trabajar en los colegios.

La educación que conocemos ha evolucionado con las incorporaciones externas e internas que han revolucionado el mundo actual. El entorno de internet y todas sus herramientas, así como la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA), están provocando un auténtico revuelo que se tendrá que asentar en una educación basada en lo que realmente necesitan los seres humanos y no en lo que nos puede dar la IA.

Además de trabajar las destrezas básicas de matemáticas, lengua, idiomas y cultura general, etc. se tendrá que fomentar aspectos que serán necesarios para el desarrollo de los jóvenes en el mundo laboral, como son la creatividad, el pensamiento crítico y la curiosidad. Debemos cambiar el chip que se tiene de estudiar para aprender y no para aprobar, ese ha sido el gran lastre con el que nos hemos topado durante generaciones y que no se ha conseguido erradicar.

Desde las etapas tempranas se deberían trabajar las emociones, así como unas buenas herramientas de comunicación para poder producir en equipo y saber colaborar. Debemos humanizar la educación en beneficio de todos, no solo de algunos.

No hay que irse muy lejos para ver las atribuciones de los docentes del siglo XXI, tan solo consultando en Google señalan infinidad de ellas:

·       Debe ser un guía, orientador, acompañante, mentor, tutor, gestor del aprendizaje, facilitador, dinamizador o asesor (Viñals y Cuenca 2016)

·       También tendría que tener cualidades como responsabilidad, flexibilidad, preocupación, compasión, cooperativismo, creatividad, dedicación, empatía y cautivador.

·       Compromiso con la capacitación y superación permanentes, con el aprendizaje de sus alumnos y en este empeño es un investigador en la búsqueda de soluciones a los problemas pedagógicos; es un maestro de la vida, que coloca en el centro de su vocación los valores de la educación.

Además, en otras publicaciones en la red señala que los docentes del siglo XXI deben tener las siguientes competencias:

·       Responsabilidad moral y cívica.

·       Preparación máxima para facilitar el aprendizaje de los alumnos.

·       Preparar con tiempo los contenidos y materiales didácticos para mejorar la práctica docente.

·       Ser tolerante.

·       Debe ser justo e igualitario, las actitudes deben ser coherentes con el discurso.

·       Abrirse a las preguntas.

·       Involucrar a los estudiantes en el aprendizaje de sus materias.

·       Compartir historias.

·       Aprender y aplicar nuevas tecnologías.

 

Todas estas atribuciones y competencias, dan lugar a un docente que debemos tender todos, a pesar de ser conscientes de nuestras limitaciones personales y profesionales. Lo más triste es que la mayoría de esas competencias no se aprenden en la universidad, sino a través de la experiencia y del buen hacer diario en el aula, con grandes dosis de humildad para saber aprender de los errores, reconociendo que cada día se puede hacer mejor por el bien de nuestros alumnos.

Llegar a alcanzar todos y cada uno de esos objetivos, requiere no solo una formación orientada hacia esas metas, sino también cualidades personales y profesionales que se tienen que trabajar desde pequeños en el seno familiar. Es una profesión de vocación, (no pensando en vacación). Lo que quiero señalar es que no todos estamos en condiciones de ejercer como docentes, porque además de estudios, se requiere algo que no está en los libros, y es querer a los alumnos pequeños y grandes.

"El infinito está cerca". Obra realizada por Ignacio Pardo Luzardo e 1974


jueves, 22 de febrero de 2024

¿RESPONDE EL INFORME PISA 2023 A NUESTRA REALIDAD EDUCATIVA?

Composición fotográfica de Ignacio Pardo Luzardo. "Madrid en llamas" 2015

Existe una máxima en los equipos de calidad que dice: “lo que no se evalúa, se devalúa”, pero también es cierto que se debería añadir, que lo que se evalúa mal, termina deteriorándose. Pongámonos en antecedente con los resultados de las pruebas PISA que se han venido realizando en España desde sus inicios en el año 2000 hasta la fecha a propuesta de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), de la que España es miembro desde 1961. En la página web de esta organización, el primer mensaje que nos aparece es que la OCDE es una organización internacional cuya misión es diseñar políticas “para una vida mejor”, “quieren promover políticas que favorezcan la prosperidad, la igualdad, las oportunidades y el bienestar de todas las personas”. Asimismo, trabajan para “establecer estándares internacionales” bajo las premisas de dicha organización. Mi primera pregunta es si los objetivos que persigue la OCDE, son los mismos que propugnan nuestras Leyes Orgánicas de Educación al largo de estos años y si las metodologías propuestas son las idóneas para alcanzar las mismas competencias curriculares. En esta última prueba se realizó como las anteriores de forma muestral, es decir seleccionando al azar distintos centros educativos de todas las comunidades y ciudades autónomas y más específicamente, a los alumnos de 4º de la ESO, cuyos resultados se hacen público de forma general y que no son vinculantes para el historial académico de los alumnos, ni para los centros en los que se realizan. Si analizamos pormenorizadamente el último informe, hay que decir que el trabajo de campo se realizó en la primavera de 2022, justo durante el curso anterior 2020-2021 si no lo recuerdan, era el curso en el que todos los centros estaban con unas medidas estrictas de control por COVID, con mascarillas en las aulas, ventanas abiertas en verano e invierno, clases con ratios reducidas, alumnos y clases que se mandaban a casa por estar con casos de COVID, clases online para alumnos convalecientes, medidas muy estrictas determinadas por la administración educativa para que en la evaluación final de curso los resultados no fueran un desastre, acortando los contenidos, teniendo que hacer los colegios recuperaciones de las recuperaciones, de las recuperaciones para que los alumnos pudieran promocionar de curso, recordando que a infinidad de estudiante que dejaron los hábitos de estudio, se les apareció Nuestra Señora del COVID y milagrosamente promocionaron de curso. Es cierto que las últimas leyes orgánicas de educación han contemplado la realización de pruebas externas unas de diagnóstico a los alumnos cuando están realizando 4º de Primaria y 2º de la ESO (Art. 144 de la LOMLOE), cuya finalidad es diagnóstica, y otras evaluaciones externas sobre competencias establecidas en el currículo para los alumnos de 6º de Primaria y 4º de la ESO (Art. 143 LOMLOE), teniendo en cuenta que los resultados de esas pruebas no se podrán utilizar como valoraciones individuales o para establecer clasificaciones de los centros (art. 140 de la LOMLOE). En nuestra comunidad de Canarias que tiene su ley de educación 6/2014, de 25 de julio, en su art. 68 apartado 2. Señala que se realizará una evaluación de diagnóstico al finalizar la etapa de Primaria y otra al finalizar la etapa de Secundaria, cuyos resultados son públicos y no pueden ser referidos a ningún centro concreto, ni tampoco alumnado. Todos los que hemos sido estudiantes en este país, cuando se nos ha puesto una prueba de evaluación, la primera pregunta que se hace es: ¿cuenta la prueba para nota? En nuestra cultura de méritos que venimos trabajando desde hace siglos, cuando no le pones un valor al trabajo, llámese examen o prueba de diagnóstico, que está realizando el alumno y que no pueda significar un beneficio en sus resultados finales, no se le presta ni interés, ni atención, ni el esfuerzo necesario, para que dicha prueba sea lo que realmente tiene que evaluar. Esto ocurre en todas aquellas pruebas externas que se vayan a realizar y que sus resultados no estén vinculados a unas consecuencias reales para quiénes la realizan. Recordemos que al finalizar el curso de 2º de Bachillerato los alumnos deben afrontar un examen si quieren acceder a los estudios universitarios y los resultados en líneas generales son que más del 90% de los alumnos que se presentan acceden a la universidad. No vamos a poner el ejemplo como antaño, cuando existían las pruebas de reválida y cuyos resultados al finalizar la enseñanza básica determinaba el acceso a la siguiente etapa, sino a que en España nos cuesta mucho que seamos evaluados permanentemente, sea alumno, docente o de cualquier profesión. Está claro que el mundo hacia el que nos dirigimos nos está exigiendo cada vez más comprobaciones de cómo lo hacemos, porqué los hacemos y qué resultados tenemos, en el que se debe incluir absolutamente todo, no solo el aspecto productivo respaldado con unos datos, que perfectamente se pueden camuflar, como por ejemplo los índices de aprobados o suspensos. Ahora todos comienzan a rasgarse las vestiduras por los resultados de las pruebas PISA, al igual que ha ocurrido desde los inicios que se publicaron dichos informes, sin tener en cuenta infinidad de factores y siendo conocedores que dichas pruebas a los alumnos, docentes y al sistema educativo español, se las han traído al pairo, puesto que jamás ha tenido las consecuencias reales que deberían tener, es la noticia del momento para rellenar espacios periodísticos, puesto que nunca se han planteado planes de mejora orientados a mejorar dichos resultados, pues eso no está contemplado en la normativa educativa vigente y que obligue a su inclusión en las Programaciones Generales de Centro. Aquí cada uno hace la lectura que quiere, y se ponen las medallas como si estuvieran entre los primeros puestos de la clasificación de las distintas áreas evaluadas. Podíamos decir aquello que, en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Las pruebas PISA no nos están diciendo nada nuevo, que ya no sepamos. Que los alumnos de 4º de la ESO no tienen la formación mínima académica exigida para saber desenvolverse en la sociedad que les está tocando vivir, es casi una perogrullada. Cualquier padre de familia o docente, ve diariamente con lo que tiene que lidiar en casa y en las aulas con los adolescentes empoderados por todos y siendo conscientes del poder real que la sociedad y la legalidad les ha otorgado. Según ellos solo tienen derechos y ninguna obligación. Es una edad muy mala, por todo lo que entraña de rebeldía y ser contestario, pero necesaria para su evolución. En nuestras manos y en el apoyo que tengan los centros educativos y sus docentes de las familias está que se comience a cambiar todas estas situaciones que nos parecen absurdas, como es el cuestionar que se les exija a los alumnos que sepan comportase y respeten ese tiempo de enseñanza que están en el centro educativo, para aprender lo mínimo necesario tal y como dicen las leyes educativas y que los docentes se sientan respaldados por las administraciones educativas y por las familias para hacer su trabajo.


viernes, 9 de febrero de 2024

LOS DOCENTES Y LA IDENTIDAD CANARIA

 

Foto del Bentayga y Roque Nublo en Gran Canaria
Foto del Bentayga y Roque Nublo en el interior de Gran Canaria

Muy interesante por lo desagradable de su expresión que una política canaria, más concretamente de Tenerife como Dña. Ana Oramas, que hasta hace poco estaba en el Congreso de los Diputados de Madrid, venga a decirnos que “los docentes canarios no tienen ni puta idea de la identidad canaria”, aunque luego viniera a rectificarlo inmediatamente, diciendo que era inadmisible lo que había dicho, pidiendo disculpas a los docentes.

Se pueden hacer infinidad de reflexiones sobre lo que piensa esta política realmente de dicho planteamiento, puesto que si lo dijo era porque lo pensaba, pero como todo en esta vida, nadie lanza una piedra sin saber de antemano el daño que quiere hacer.

Canarias es lo que es y los canarios somos consecuencia de lo que ha sido nuestra historia, al igual que el resto de los pueblos que habitan el planeta tierra.

Intentar equipararnos en un calentón del momento al resto de las comunidades autónomas históricas con unas peculiaridades familiares, culturales, económicas, políticas, idiomáticas e histórica propia que no tiene nada que ver con lo acontecido en nuestras islas desde su conquista en el siglo XV hasta nuestros días, es un auténtico error de base.

Es muy fácil echar las culpas al más débil del eslabón, una vez más según Dña. Ana Oramas son los docentes los que tienen la culpa de que nuestros alumnos no hayan interiorizado la identidad canaria. Bastante tienen los docentes por conseguir que nuestros alumnos mejoren sus resultados académicos y consigan el respaldo de las familias para que sus hijos puedan alcanzar las metas profesionales que se propongan y que tengan las mismas oportunidades laborales que el resto de los jóvenes del estado español. Nadie habla de los contenidos curriculares aprobados en el Parlamento de Canarias, ni de las medidas establecidas por la Consejería de Educación para implementar dicha identidad canaria.

Nadie puede tirar la primera piedra diciendo quien tiene la culpa de la falta de identidad canaria, intentando equipararse a otras comunidades autonómicas, si lo que se busca al final es tener más rédito político y por ende más poder económico.

La identidad canaria no son solo las romerías y las fiestas populares, ni vestirse de típico el 30 de mayo. Identidad canaria es sentirse orgulloso de la tierra en la que vivimos y por la que luchamos cada día, de identificarnos con las personas que realmente nos representan a todas las islas, no solo a una parte de ellas. Que no nos hagan sentir como el ombligo del mundo, cuando somos una célula más del cuerpo. Identidad canaria es que no solo conozcamos nuestra historia, sino que aprendamos a tener un mundo sostenible y respetuoso con el medio ambiente desde cada una de nuestras parcelas. Identidad canaria es ayudar a quien lo necesita, independientemente de su sexo, condición social y económica, raza o tendencia política o religiosa, etc.

Nosotros en Canarias como en todos los lugares, somos lo que hemos vivido, con nuestros aciertos y con nuestros errores y ya está bien de que los predicadores desfasados nos vengan a imponer su ideología de lo que debe ser la identidad canaria, que aprendan un poco y se den cuenta de que ya estamos en el siglo XXI.

El Ángel Exterminador. Obra de Ignacio Pardo Luzardo 1976. Las Palmas de Gran Canaria