domingo, 21 de septiembre de 2014

¿ANTES SE ESTUDIABA MÁS?

Pequeña materia roja obra de Antoni Tapies 1977




Ignacio Pardo Luzardo*

Últimamente cuando coincido con personas que tienen hijos y algunos con nietos, hablamos de muchos temas y entre otros, sin querer o queriendo, toca hablar sobre la educación, surgiendo comentarios de todo tipo, que si los niños ahora no saben localizar las provincias españolas, ni los ríos, que cuando aparecen en los medios de comunicación los conflictos internacionales, desconectan las noticias porque lo consideran como algo tan lejano, que piensan que jamás les afectará y por ello, no le dedican el menor tiempo, ni se interesan por nada. Por otro lado, los docentes se quejan que un porcentaje importante de alumnos no leen libros, ni se mueven por la cultura en general, pues no se sienten motivados por la lectura en general o un periódico que no sea interactivo, que no muestran el más mínimo interés por cuestiones que le van a ayudar en el futuro y que se relacionan entre sí.

A un porcentaje muy alto de las nuevas generaciones de jóvenes se puede decir que están padeciendo el síndrome de Santo Tomás modificado, es decir que las cosas que estudian o leen si no son capaces de verlo físicamente o a través de imágenes no les sirve. No son capaces de preguntarse cuál es la utilidad de la lectura, porque su acción supone un tiempo quieto y eso no lo conciben. Se está perdiendo el papel que ejercía la imaginación y la capacidad de abstracción para visualizar lo que no se tiene delante, y se recrea con la lectura, desapareciendo la creatividad de la palabra para soñar despiertos.

Ahora que todo quiere enfocarse a través de las Nuevas Tecnologías en el mundo educativo en nuestro país, mi sorpresa fue leer un artículo de abril de 2012, del periódico Le Monde, señalando que los gurús y profesionales de Silicon Valley, enviaban a sus hijos a colegios que no utilizaban los ordenadores, empleando las tradicionales tizas, pizarras, papel y lápiz. Proponiendo una desconexión técnica para la educación básica, porque dicen que la pantalla perturba el aprendizaje. Algo de razón tienen, porque el uso de las nuevas tecnologías tiene que ser entendido como un medio para alcanzar conocimientos y objetivos y no como un fin. Pero para saber utilizar y valorar el uso de una herramienta, previamente debemos aprender a conocer las bases, como se hacía las cosas sin herramientas tecnológicas, para que se fomente la creatividad y la imaginación, de esta forma poder comprobar a través de la experimentación cómo ha evolucionado el mundo, partiendo de la necesidad que nos ha obligado a gestionar de forma creativa las deficiencias que hemos padecido a lo largo de la historia de la humanidad y de esta forma encontrar la solución a los problemas. Si nos dan todo masticado, no dejamos espacio para la creación y la innovación.

Ahora resulta que mucha gente se empeña en argumentar que lo que nos enseñaron en los colegios no sirve, porque no tiene “practicidad” o dicho de otra forma, que no se puede aplicar a la vida real. Yo digo que todo depende de la utilidad que le des a los conocimientos adquiridos, antes todos estudiábamos latín, en su momento decíamos que no íbamos a hablar en esa lengua, y con los años y la madurez comprobamos lo útil que sigue siendo para comprender el origen de muchas palabras, como este ejemplo podemos hablar de otras asignaturas, que en su día nos parecieron sin sentido y ahora nos ayudan a globalizar todo.

Si hacemos una comparación con la cantidad de contenidos a estudiar respecto a épocas anteriores, nos podemos dar cuenta, que en la actualidad a nuestros alumnos se les exigen más contenidos académicos y además tienen más posibilidades de acceder a información complementaria a través de internet.

Hoy en día los contenidos son más cercanos a los alumnos que cuando estudiamos hace más de 30 años, la diferencia estriba en que había otra predisposición hacia el estudio distinta a la se posee en la actualidad, bien por necesidad o por obligación, pero a la larga te veías metido con el tiempo en que asumías que si no estudiabas, no aprendías y que si no estudiabas, no aprobabas las materias.

¿Cuál es la diferencia con la actualidad?, hay infinidad de aspectos que inciden en esos cambios, y es que en estos últimos años se han producido por un lado demasiados distractores externos que impiden o dificultan la concentración y motivación necesaria para el estudio, generando en los alumnos una acercamiento hacia aquello que es más cómodo, genera menos esfuerzo y sacrificio y además es instantáneo, “por qué lo tengo que hacer yo, si lo puede hacer un ordenador y es más rápido”.

Todo en esta vida tiene un proceso de ejecución y como no, en el tema de los estudios es igual, pues para conseguir unos resultados al final de un camino hay que esperar unos años, teniendo que superar una serie de barreras que demuestren que he superando los conocimientos exigidos para la obtención del título que me de la posibilidad de acceder al mundo laboral, mientras que las nuevas tecnologías dan la posibilidad en tiempo real de acceder a cosas inmediatas que no requieren estudio, pero que te cuesta digerir por no tener las bases necesarias para ello.

Cuando estuvimos en edad escolar, no recuerdo que a ningún compañero le gustara estudiar para los exámenes y si alguien dice ahora que sí, creo que nos engaña, nuestros alicientes para el estudio eran muchos y de muy distinta índole, la primera era intentar no llevar suspenso alguno a casa para evitar conflictos familiares, porque éramos conscientes de lo que teníamos que hacer para superar aquellas pruebas, si a eso le añadíamos que nuestros padres hacían un sacrificio para darnos lo que ellos entendían era la mejor educación, que no esperábamos ningún regalo por aprobar el curso, porque era nuestra obligación, como nos decían “ese es tu trabajo ahora”, pues veíamos que estudiar era una necesidad, que a algunos se les daba mejor que a otros.

La verdad es que no recuerdo que mis padres fueran al colegio para preguntar sobre mi evolución académica y personal durante todos los años que estuve estudiando, pero eso sí, que no apareciera ninguna observación negativa en el boletín de notas, porque no se cuestionaría si el profesor lo hizo bien o mal, el problema de cara a mis padres siempre sería mío. Lo cierto es que jamás me sentí abandonado, ni que había una dejadez hacia lo que yo hacía en mis años de estudio, era también como enseñarnos a sobrevivir en un sistema muy duro, en donde ya ellos estaban demasiado ocupados para que no faltara lo indispensable en casa y estuviéramos atendidos en nuestras necesidades. Yo no puedo recriminar que en aquella época mis padres no tuvieran tiempo para asistir a una reunión con mi tutor, porque veía los horarios que tenían desde que se levantaban, hasta que se acostaban y cada día tenían la misma rutina, por lo que nosotros contemplando eso, jamás intentábamos darle un disgusto más de los necesarios y mucho menos con el tema de los estudios o de comportamiento en el colegio.

Siento decir a todos los que añoran el pasado, que aquello que nos pasó fue consecuencia de tantas cosas, que sería complicado ahora tener que explicarlo de forma detenida, pero lo que sí está claro, es que no podemos comparar el antes y el ahora, porque somos personas totalmente diferentes, con otros tiempos, con otras formas distintas de pensar, de vivir, con más tiempo libre para dedicarle a nuestros hijos y sobre todo con una sociedad democrática y plural, en donde por suerte todos podemos expresar libremente nuestras ideas y defenderlas con los argumentos sólidos y veraces.

Está claro que se deben cambiar muchas cosas, hay que preparar a los nuevos profesionales del mañana, a comprender una realidad variable, cambiante, nada rutinaria, para enseñar que las nuevas generaciones tengan la preparación que deseamos en todos los ámbitos y para ello sería necesario un gran pacto de Estado sobre educación sin estar sujetos a quien es el partido que gobierne. Hace falta una hoja de ruta clara sobre lo que queremos, cómo lo queremos y para qué lo queremos en educación, que afecte a todos los españoles.
Descanso en la huída a Egipto obra de Caravaggio 1596-1597



martes, 9 de septiembre de 2014

BENDITO INICIO DE CURSO ESCOLAR

Bodegón con cuatro racimos de uva, obra de Juan Fernández El Labrador  1630


Artículo publicado en el Periódico de La Provincia el domingo 7 de septiembre de 2014

Comienza un nuevo curso escolar, lo que para unos puede suponer el inicio de una esperanza para poder mejorar la educación de los alumnos que les ha tocado preparar, para otros puede suponer una desesperación, por saber que se encontrarán con los mismos problemas que había dejado el curso anterior.

A nivel general, el panorama no es muy halagüeño que digamos, pues tenemos infinidad de tareas pendientes de cursos anteriores que acometer desde hace muchos años en todas las etapas educativas y que afecta a todos los miembros de la Comunidad Educativa, nadie puede decir que está libre de pecado o de no tener necesidad de ponerse las pilas en algunos aspectos relacionados con la educación, pues todos y digo todos en el más amplio sentido de la palabra, tenemos nuestra parte de responsabilidad para encontrarnos donde estamos.

Los docentes como en el resto de las profesiones, necesitamos creer en nosotros, considerar que nuestra labor es impecable, aunque sepamos que se deba mejorar, pobre del docente que pensara que tiene todo dominado, si eso se produjera, ese día como docente hemos acabado. Necesitamos que se respalde y se haga un reconocimiento a la dura labor del profesor por parte de las familias, instituciones y sociedad en general ante las críticas desproporcionadas que han surgido de distintos sectores de la sociedad, para que el docente vuelva a ocupar el lugar de respeto que se merece, para que pueda educar y transmitir con la confianza necesaria, los valores positivos a sus alumnos y a las familias de los niños.

Quizás algunos docentes además de reconocimiento necesiten ilusión para mantenerse vivo cada día y ver, que formar a los niños es un regalo que nos ha dado la vida, disfrutando cada instante con las transformaciones que se producen cuando conseguimos que los alumnos interioricen lo que les transmitimos y no llegar a ver todo el trabajo de la educación como un suplicio.

La profesión del docente tiene que ser vocacional y no vacacional. Las familias nos ponen en nuestras manos lo más grande que tienen en el mundo, que son sus hijos, y nuestra obligación y responsabilidad es ayudarles a crecer, formándolos y dotándolos de los conocimientos, competencias, destrezas y valores necesarios para las etapas en las que se encuentran.

Lo importante es que todos estemos preparados para afrontar este nuevo curso con ganas y sabiendo de antemano, que los contratiempos vendrán, porque es ley de vida, pero que sabremos sobrellevarlos.

Hay familias que están deseando que llegue el primer día de curso, porque ya no saben qué hacer con sus hijos, y muchos niños sobre todo los más pequeños están esperando con ansias que comiencen las clases, para ver a sus compañeros y profesores, pues llevan varios meses sin contactar con ellos. Cuando hablamos de los adolescentes en estas fechas de incorporación al colegio es otra música, pues para algunos les puede suponer una pesadilla volver a la rutina de los horarios, estudios, tareas, actividades extraescolares, etc. sin entender que el tiempo que están en período escolar debe ser aprovechado al máximo para su aprendizaje, y que por supuesto, tendrán también tiempo de pasarlo bien con sus compañeros, pero tenemos que cambiar de chip hacia la forma de entender los estudios de los hijos, pues si los adultos lo vemos como algo plomizo y poco divertido, terminamos transmitiéndoles a los chicos de forma inconsciente que estudiar, es algo que tienen que pasar por obligación, no como motivación y superación personal para su futuro.

El inicio de curso es el período perfecto para crear los vínculos más adecuados entre profesor y alumno, y hacer las clases más llevaderas con los alumnos, es el momento para sentar las bases del funcionamiento y de las normas de convivencia. Sencillamente los alumnos consideran que es más fácil aprender de alguien cercano, con quien hablan, al que respetan por lo que es realmente, y no por su trabajo.



Es el período previo a la incorporación de los alumnos, el ideal para que los profesores puedan estudiar los grupos con los que van a estar trabajando durante el curso, independientemente de que los primeros días de curso estén con los alumnos recién llegados de vacaciones, realicen actividades de integración y adaptación al nuevo grupo. En este período previo, se organizarán por los docentes las programaciones curriculares y su temporalización, tendrán reuniones para coordinarse y asignar responsables, organizarán todas las actividades escolares y extraescolares, así como la planificación de los actos correspondientes a cada período (navidades, carnavales, semanas culturales, semana blanca, viajes de fin de curso, actos de despedida, semana del deporte, etc.), que nadie piense que en los centros educativos en estos días, se están mirando los unos a los otros esperando que suene el reloj para la salida, pues este tiempo de planificación y coordinación es crucial para el buen funcionamiento del curso, mucho de su trabajo se lo llevan a casa para tener un buen inicio de curso.



Los Equipos Directivos, estarán rindiendo al máximo, planificando y proyectando el curso en todos los aspectos relacionados con la puesta en marcha de un centro educativo, controlando los servicios y actividades que oferta en Colegio, entrevistas con las familias, profesores, supervisando cada una de las cosas que tiene que funcionar desde el primer día cuando se incorporen los alumnos, tener a punto y cotejar la documentación oficial que se deberá entregar en los distintos servicios de la Consejería de Educación y un largo etcétera que surge de cualquier aspecto menos insospechado.



También el Gobierno de Canarias, ha hecho las tareas en agosto con la publicación de la Ley Canaria de Educación no Universitaria y con el Decreto por el que se establece la ordenación y el currículo de la Educación Primaria basado en la LOMCE, la Ley tal y como ha quedado, está sujeta en muchos apartados al desarrollo de su articulado. Como propuesta de intenciones es muy ambiciosa, y vamos a ver con qué presupuestos se cuenta para su aplicación y qué es lo que nos depara la realidad de su ejecución, y con respecto al Decreto para Educación Primaria, hay que decir que las prisas, nunca han sido buenas consejeras y que a menos de un mes para el inicio de curso se publique algo de aplicación inmediata no es bueno, aunque existiesen borradores desde hace meses, pero sin tener nada asegurado.

Como decía la traducción al castellano del título de la película musical de Bob Fosse All That Jazz “Empieza el espectáculo”


 
La sonrisa de alas flameantes, obra de Joan Miró 1953


viernes, 1 de agosto de 2014

HASTA DEL CALLEJERO PODEMOS APRENDER

Sueño de un caballero obra de Antonio de Pereda hacia 1650


Ignacio Pardo Luzardo*

http://www.laprovincia.es/opinion/2014/08/01/callejero-aprender/624243.html

El pasado 15 de julio por la tarde, asistí a una conferencia que se dio en nuestro Gabinete Literario con el título ¿conoce Canary wharf?, ahondando en la historia de muchos canarios que tuvieron que salir de las islas con la exportación de productos hortofrutícolas hacia Inglaterra y otros países europeos, en una época de penurias tanto en España como en el extranjero, tras la Segunda Guerra Mundial. La conclusión final que nos quisieron transmitir, es que existe desde hace años en Londres una importante zona comercial y financiera de trascendencia mundial, que está ubicada donde antiguamente se descargaban todos los productos que provenían desde Canarias y ahora recibe la denominación Canary wharf y nadie de los que allí trabajan y muchos de aquí, desconocen el motivo de haberle puesto ese nombre, con lo que la divulgación de su origen, podría suponer de publicidad y promoción para nuestro archipiélago.

La verdad es que no tenemos que irnos tan lejos, para darnos cuenta de lo ingrato que podemos llegar a ser los ciudadanos por el desconocimiento que poseemos de los nombres que tienen nuestras calles y la relevancia de los personajes que han tenido en su tiempo. Muchas de nuestras calles están llenas de nombres y fechas, que de alguna manera han marcado nuestra historia local, nacional o internacional. ¿Cuántos se han hecho la pregunta de por qué determinada calle tiene ese nombre?, y se ha interesado en saber un poco de la historia de esa persona, denominación o de los acontecimientos que se produjeron en una fecha determinada, según consta en el nombre de la misma.

Por simple curiosidad, intentemos hacer una consulta no a nuestros hijos, ni a los nietos, que eso ya sería pedir demasiado, sino a nuestros contemporáneos a ver si conocen algo sobre la nomenclatura de nuestras calles, quien fue Pérez del Toro, Obispo Rabadán, Bravo Murillo, Canalejas, Tomás Morales, Franchy Roca, Alfred L. Jones, Sagasta, etc. Conocemos los nombres de las calles porque tenemos que transitarlas y para orientarnos precisamos de puntos de referencia, pero desconocemos el motivo y lo que significó. Hay ciudades que las calles las numeran y son más impersonales, da la impresión de estar en un gran almacén, que los pasillos están señalizados por letras y números para poder encontrar las mercancías.

Tenemos un patrimonio cultural a través del nomenclátor de las calles, del que debemos y tenemos que estar orgullosos y por consiguiente, ser una obligación que se sepa transmitir a las futuras generaciones nuestra particular historia con sus protagonistas, no consiste en la memorización y repetición de la lista de los reyes godos, es preocuparnos de la herencia que hemos recibido, y de lo que hemos sido a lo largo de los tiempos, intentando enseñar que somos fruto de nuestra historia y nuestro medio, y que no podemos permitirnos el lujo de perder ese legado. Que no nos ocurra aquello que tantos personajes de la historia han manifestado en sus discursos y que decía el filósofo Marco Tulio Cicerón: “Todo pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla”

Hay ciudades que sus ayuntamientos, como un reconocimiento añadido, ponen placas en la planta baja de la fachada del edificio, donde señalan acontecimientos históricos que se produjeron en ese lugar, indicando si nacieron o murieron personajes destacados en el ámbito cultural, artístico, político, etc. y de alguna manera nos ayuda a saber y recordar que no venimos de la nada, y que gracias a determinadas personas a lo largo de la historia, tenemos un patrimonio histórico en las ciudades, que nos han ayudado a forjarnos como una nación con una identidad propia. Los nombres de las calles, nos ayudan a los vecinos a tener sentido de comunidad y pertenencia.

Vivimos a un ritmo vertiginoso sin darnos cuenta de las cosas más sencillas y que están a nuestro alrededor, ¿cuántas persona sabían por ejemplo, que en nuestra capital en el barrio de Schamann, muchos de los nombres de sus calles responden a personajes y obras de D. Benito Pérez Galdós? ¿Cuántos de los que vivimos en la ciudad, podemos decir que conocemos todos los barrios de la misma?

Existen infinidad de cosas que se pueden hacer para que los habitantes de una localidad sepan su historia a través de los nombres de sus calles, lo primero es el interés de los usuarios por ampliar sus conocimientos, aunque hace tiempo que nuestra sociedad ha perdido el interés por los modelos a seguir. A veces el conocimiento de la biografía de personajes ilustres y su forma de afrontar la vida, nos ayuda a ver otra forma de afrontar los problemas a través de su historia y su ejemplo, mediante el esfuerzo, sacrificio, inteligencia, solidaridad, estrategia, emprendimiento, etc. Sería muy triste pensar que solamente haya que poner nombres a las calles, plazas y avenidas de futbolistas, cantantes famosos o personajes del corazón, para que la ciudadanía actual, sepa quiénes eran y lo que hicieron.

Cada vez que señalamos una calle con el nombre de algún personaje, le estamos haciendo un pequeño homenaje y un reconocimiento, es una forma de mantener nuestra historia viva. Las calles y sus nombres nos ayudan para contar historias.

Desde el punto de vista educativo, de la misma forma que podemos estudiar la historia y costumbres, a través de los cuadros en los museos, podemos aprovechar determinados nombre de calles, para trabajar distintos ámbitos competenciales, que sirvan como motivación inicial a algún tema específico del temario de las asignaturas de Filosofía, Historia, Literatura, Ciencias, etc.

Hoy en día no hace falta tener físicamente una extensa biblioteca, donde poder realizar una consulta de cualquier tema o personaje, tan solo hace falta saber utilizar un buscador de internet poniendo las palabras adecuadas para encontrar la información del nombre de la calle que se busca., y si no se encuentra preguntar a quien debe saberlo, nuestro ayuntamiento.


Columnata de la Basílica de San Pedro obra de Gian Lorenzo Bernini Siglo XVII

martes, 22 de julio de 2014

LA COMUNICACIÓN EN LOS CENTROS EDUCATIVOS

La dama del armiño obra de Leonardo da Vinci hacia 1489




Ignacio Pardo Luzardo*


Publicado en la página 16 del periódico La Provincia el lunes 21 de julio en la sección de opinión.

Ahora que ya ha finalizado el curso académico y es hora de hacer recuento de la labor realizada en el mismo, pondremos en una balanza los éxitos y los fracasos acontecidos, para que en la planificación del próximo curso, se corrijan aquellos puntos débiles y se potencien las fortalezas, para mejorar el funcionamiento del centro.

A todos nos están pidiendo en nuestros puestos de trabajo más eficiencia y eficacia en nuestras actuaciones diarias, para que de este modo el trabajo realizado sea más productivo en aspectos cuantificables y de calidad, ahora bien, si intentamos trasladar esos conceptos de eficacia, eficiencia, calidad y productividad en un centro educativo, resulta que debemos tener en cuenta parámetros más complejos y sensibles para poder aplicar esos principios, puesto que la materia prima con la que se está trabajando son personas y más concretamente niños, adolescentes y jóvenes con sus respectivas familias. Esta es la teoría, ahora la realidad es mucho más compleja, puesto que cada centro es un mundo y lo que sirve para uno, para el Colegio que está al lado no lo puede aplicar, los motivos pueden ser innumerables y todos son válidos, pero lo cierto es que debemos tender a aplicar los principios que antes se mencionaron, si perder de vista la personalización de la educación, la atención individualizada, el alcanzar las competencias básicas en cada una de las áreas, el inculcarles a los alumnos herramientas de aprendizaje y valores que les abrirán puertas en el presente y en el futuro.

Por lo visto, nadie quiere darse cuenta que los centros educativos son una institución que debe funcionar como una maquinaria perfectamente engrasada, en donde confluyen infinidad de personas con planteamientos de vida totalmente distintos y que deben confluir en un único objetivo que es educar y formar a personas para el futuro. Pero para que toda esa maquinaria pueda funcionar, debe existir una perfecta comunicación entre todos los miembros que participan en la Comunidad Educativa, como dice Marta Albadalejo Mur “para que una institución educativa pueda educar con eficacia, debe estar engrasada con una buena comunicación”.

No me cabe la menor duda, que una buena comunicación, es un elemento crucial para cualquier empresa o centro educativo que quiera tener éxito en el área que se desenvuelva. Y como siempre ocurre, solemos valorar más las cosas cuando las perdemos, y si se pierde la comunicación en cualquier centro de trabajo, eso supone en un colegio, que va proa al marisco. Pero claro la comunicación que señalamos es un elemento fundamental en cualquier relación humana, mucho más importante, si lo que pretendemos es ponernos de acuerdo en la forma de actuar y de funcionar de cara a terceras personas como son los alumnos y sus familias, que precisan necesariamente de una coordinación perfecta, para que el engranaje funcione, y sepa transmitir lo que se quiere, por qué se quiere y cuando se debe hacer.

Muchos de los problemas que surgen en los colegios entre las personas que conviven/trabajan en ese espacio durante tantas horas al día es por un lado, el vertiginoso ritmo de trabajo diario impartiendo clases a distintos niveles, teniendo además que preparar, explicar, atender, escuchar, en resumidas cuentas educar y por otro lado, carecer de una comunicación adecuada entre los miembros del claustro de cada centro, que cuando deciden comunicarse, la estrategia utilizada no responde a estas máximas en la comunicación:

¿Cómo decir lo que se pretende comunicar?

¿Cuándo decir lo que se pretende comunicar?

¿Por qué decir lo que se pretende comunicar?

¿Tengo razones para decir lo que se pretende comunicar?

¿Qué resultados pretendo obtener por decirlo?



En la actualidad para fomentar la comunicación e intentar mejorar la forma de trabajar en las empresas, han surgido los coaching en distinta áreas de la vida, para intentar obtener lo mejor de cada individuo en cada uno de los sectores, pero en el fondo qué es un coaching?, sino un canalizador de comunicación para aunar esfuerzos y energías de los miembros de una empresa o centro educativo, ayudando a reflexionar mediante el acompañamiento y formulación de preguntas, pero el coach no dice qué hacer, no receta fórmulas, ni soluciona problemas, solo hace preguntas a través de una comunicación fluida, para situarnos al principio del camino que se debe emprender, se le considera pues un facilitador pedagógico de procesos de cambio en las personas. Ese papel de facilitador de la comunicación lo deben ejercer los equipos directivos en los centros educativos y saber trasladar a todas las personas que trabajan en el colegio, la necesidad de potenciar una comunicación fluida, puesto que cuando trabajas en una institución educativa, todas las conversaciones que sirven para educar, forman parte de tu trabajo.

Para poder comunicarnos de forma efectiva en cualquier colectivo de personas que tenga una meta en común como son los colegios, lo primero que se debe hacer es escuchar, escuchar es querer comprender el mundo de la otra persona, escuchar no es oír, escuchar significa respetar y confiar en el otro y en sus capacidades.

De nada sirve que en un centro educativo hayan instalaciones maravillosas, si cada una de las personas que están en contacto con alumnos y familias van por su lado, impartiendo su materia en el nivel correspondiente, sin producirse las comunicaciones necesarias que transfieran la información precisa a las personas con responsabilidad, para tomar la decisión más conveniente en cada momento.

Es muy complejo sintetizar los factores que inciden en una buena comunicación dentro de cualquier colectivo, teniendo en cuenta que existen infinidad de formas de comunicarnos sin necesidad de utilizar la palabra, pues todos emitimos mensajes no verbales constantemente, desde la forma de vestirnos, hasta nuestro gestos o como nos desenvolvemos en los distintos espacios.

Por todo lo que he manifestado anteriormente, está claro que debemos cuidar más las distintas formas en las que nos comunicamos, en todos los ámbitos de la vida, puesto que los mensajes que transmitimos tienen unas consecuencias, y antes de actuar debemos pensar lo que transmitimos, para que su mensaje tenga el efecto deseado y no deje cadáveres por el camino.

Una comunicación eficaz y exquisita con todas las personas que están vinculadas a un colegio, denota un valor añadido de calidad, que quiera o no, repercute finalmente en la educación de los niños y en la satisfacción de las familias.

Asesor-Gestor Educativo.
Pórtico sur de las Cariátides en el templo del Erecteón obra del arquitecto Mnesicles S. V a.C

lunes, 14 de julio de 2014

EL APRENDIZAJE DE LOS NIÑOS EN VACACIONES.

Bajo las olas obra de Kanagawa 1830

Ignacio Pardo Luzardo*

http://www.laprovincia.es/opinion/2014/07/14/aprendizaje-ninos-vacaciones/620294.html 

Desde hace ya unas décadas está instituido en casi todas las familias en las que su economía se lo permite, el inscribir a sus hijos en los cursillos de verano o campamentos de verano presentados o camuflados de las formas más originales, con la intención de hacerlos atractivos y alternativos a lo que fue el ritmo de trabajo de 10 meses de curso escolar recién terminado. La razón fundamental es que los padres que pueden, tienen que trabajar en el mes de julio, y si no hay algún familiar que se haga cargo de los hijos durante ese período estival, hay que ingeniárselas para buscar una actividad lúdica que les ayude a los hijos a pasar ese mes de la forma más fructífera posible. Hay quienes aprovechan para reforzar en ese mes aspectos como el inglés a través de juegos en combinación con deportes, añadiendo montañismo, excursiones, piscina, acampadas en las que se incluye visión nocturna de estrellas, y un largo etcétera que la imaginación y el intentar enganchar a las familias pueda ayudar a convencer para que se matriculen a los niños en el mismo.

Dentro del amplio abanico de ofertas que aparecen, surgen a última hora algunos que queriendo alcanzar la luna, se han dado cuenta como si ahora, muchos descubrieran que la actividad de organizar el tiempo de ocio para los niños puede ser lucrativo y se lanzan a ofrecer cursos sin tener las mínimas garantías de ejecución de un proyecto, convirtiéndose al final dicho campamento de verano en una guardería para mantener a unos niños hasta que los padres dejen de trabajar, porque no se pueden quedar en casa solos.

Lo que si podemos constatar de forma fehaciente, es que la mayoría de los niños en los períodos vacacionales su tiempo no lo dedican precisamente al repaso de las materias estudiadas durante el curso, y que la mayoría de su tiempo libre (que es mucho), lo pasan delante de videoconsolas o de un televisor.

No planteo que los niños estén todo el día, en vacaciones con actividades vinculadas al mundo académico, pero lo que debemos tener claro es que durante los períodos vacacionales hay que fomentar en los niños actividades que mantengan su actividad cerebral activa.

También es necesario en verano que se estimule en los niños el desarrollo cerebral para que siga funcionando, a través de otro tipo de actividades que complementen las realizadas durante el curso escolar, y de esta forma sigan ejercitando las diversas capacidades. Como señala la psicopedagoga Ángela Prieto Gil”Está demostrado que el cerebro de los niños se desarrolla mejor, mientras más cosas diferentes le damos en que pensar, y si es a través del juego y la diversión mejor”. Hay que intentar estimular el aprendizaje mediante algo distinto a lo que han venido haciendo a lo largo del curso, salir de esa rutina es beneficioso si sirve para seguir aprendiendo. A veces pensamos que lo único que se les puede ofrecer está fuera del hogar y no es así, pues también en vacaciones, en casa pueden hacer actividades que se relacionen con fomentar su autonomía y valores personales como es la responsabilidad, el orden, la limpieza y la disciplina. Se les puede pedir ayuda para arreglar cosas, poner la mesa y otras cuestiones que requieran mayor responsabilidad de lo que habitualmente les pedimos.

Es importante que los niños sigan manteniendo hábitos diarios, y que no se descontrolen, para que cuando se reincorpore a su ritmo de clases, la vuelta no sea tan brusca. Ahora que los niños están más tiempo en casa, los padres deben intentar buscar estar más tiempo con ellos y buscar actividades entretenidas que puedan compartir, reforzando de este modo las relaciones familiares.

Todas las alternativas que impliquen un proceso de atención y aprendizaje son buenas: talleres, música, pintura, danza, lectura, teatro, deporte, idiomas, refuerzo educativo si lo precisara, realización de cuadernillos de verano, etc. Lo importante, es que el niño esté en contacto con otros niños de su edad, socializándose y potenciando estrategias de comunicación. Existen también otras formas de aprendizaje que no están vinculados necesariamente a un espacio físico concreto, a través de los viajes y las experiencias vividas en lugares distintos al que uno reside, pero para ello debemos insistir en que cuando se viaje con la familia, la mochila debe ir cargada de interés, ilusión y ganas por aprender y conocer la cultura, el arte, la gastronomía, las costumbres de otras ciudades o países, hay tiempo para todo si nos sabemos organizar y enseñar a nuestros hijos a disfrutar del paisaje, aunque haya momentos que no sea del gusto de todos, pero para ello es indispensable poner normas de uso de los aparatos electrónicos de entretenimiento y de juego que les puede impedir disfrutar del viaje.

El verano no puede suponer para los chicos una desconexión total respecto al proceso de aprendizaje, pues está demostrado por estudios de universidades americanas, que dejar de leer en verano, origina en el cerebro un retroceso entre dos y tres meses en destreza y a la vez, una pérdida de léxico.

Por lo comentado anteriormente sobre la pérdida de conocimientos adquiridos por no practicar en vacaciones, hay personas que cuestionan si el tiempo de vacaciones de verano de los niños es excesivo o no, ese es otro debate en el que tarde o temprano tendremos que entrar a nivel general, pero lo que debemos tener claro es que existe un agotamiento real de los niños después de diez meses de clases, y hay que hacer un paréntesis para iniciar con las pilas cargadas el curso siguiente, lo importante es facilitar el acceso para el aprendizaje y ayudar a los niños cuando se incorporen en su actividad escolar.

*Asesor- Gestor Educativo

Isabel de Portugal obra de Roger Van der Weyden hacia 1450



lunes, 7 de julio de 2014

TALIS Y CUALIS EN LA EDUCACIÓN

Carnation, Lily, Lily, Rose obra de John Singer Sargent 1886


Ignacio Pardo Luzardo*

http://www.laprovincia.es/opinion/2014/07/07/talis-cualis-educacion/618894.html

Hace días se hizo público el Estudio Internacional de la Enseñanza y el Aprendizaje, el llamado informe TALIS 2013, el estudio se basa en las opiniones de los profesores y de directores de centros, exponiendo su parecer sobre la situación educativa tal como la perciben, la profesión docente, las eficacias de las pedagogías utilizadas y su satisfacción laboral, proporcionando datos sobre aspectos que pueden ayudar a comprender la situación actual de los docentes en secundaria. En España participaron 3.339 profesores y 192 directores de 192 centros, de un total de 106.000 profesores encuestados. El estudio incluía preguntas sobre:

características del profesor

ambientes de trabajo

liderazgo

oportunidades de aprendizaje y desarrollo

evaluación y devolución de la información

prácticas pedagógicas y creencias

autoeficacia y satisfacción con el trabajo



En la breve presentación que hace, D. Ángel Gurría Treviño Secretario General de la OCDE desde el año 2006, señala en función a los resultados del estudio, que”la mayoría de los centros de enseñanza se mantiene fiel a la imagen y configuración propias de otra época, al tiempo que los docentes no siempre desarrollan las prácticas y competencias profesionales necesarias para dar respuesta a las distintas necesidades de los estudiantes hoy en día…” Todos sabemos que dependiendo de quién es el encargado de realizar un estudio, se hará más hincapié en la orientación de las conclusiones en un sentido o en otro y está claro que la OCDE, no es el paradigma de la pedagogía educativa del futuro, pero creo que de alguna manera este estudio, centra algunos aspectos de la eficiencia educativa actual, que puede ayudar a replantearnos aspectos curriculares y pedagógicos para mejorar nuestra forma de trabajar en los centros educativos con los alumnos.

Lo cierto, es que este informe aporta datos objetivos que se pueden medir a través de las respuestas emitidas por sus protagonistas y datos subjetivos sobre la satisfacción de los profesores y la imagen que la sociedad tiene de ellos, muchas de esas percepciones y opiniones son reflejo de todo lo que estamos viviendo actualmente en nuestra sociedad y el profesorado no está ajeno, al igual que ocurre con otras profesiones.

¿Quién debería leer el informe TALIS?, ¿qué información tiene este estudio que permita avanzar en la forma de dar clases, de avanzar en la educación o en la manera de mejorar el sistema educativo? ¿Quién debe aprovecharlo? Considero que dicho estudio, puede ser el inicio de una reflexión general en cada centro con su equipo de profesores, sobre lo que se está trabajando en el día a día en el ámbito docente con los alumnos y lo que deberíamos hacer para dotarlos de las herramientas necesarias para que se sepan desenvolver en el futuro. Por supuesto que el informe se podría mejorar de muchas maneras, entre otras, relacionándolo con los resultados del informe PISA también elaborado por la OCDE, pero eso me imagino será en otro año. Se pueden cuestionar muchas cosas de dicho estudio, como que se han homogeneizado las respuestas de todos los encuestados, sin tener en cuenta los distintos entornos de los docentes evaluados, pero también aporta datos que nos deben hacer pensar sobre la situación actual de la docencia en España en particular, dentro de nuestro mundo globalizado.

Hay un dato sorprendente entre otros, y es que según el estudio TALIS, existe un 40% de profesores que jamás ha recibido una evaluación externa, por lo que tenemos un porcentaje muy alto de profesionales de la educación, que nadie le ha dicho si está bien o mal lo que hace en su aula, nadie le pueda ayudar a mejorar en su trabajo. Los profesores debemos acostumbrarnos a ser evaluados en nuestra actuación en el aula, con la finalidad de mejorar. Si no tenemos a alguien que nos diga dónde nos equivocamos, seguiremos cometiendo el error, llegando a producirse un autismo pedagógico en la enseñanza, que genera incompetencia. Tenemos que acostumbrarnos a ser evaluados de forma periódica con la intención de aprender de nuestros errores, para no volver a repetirlos.

Como señala Jose Antonio Marina, “la calidad de un sistema educativo depende de la calidad de los profesores y depende de la calidad de los equipos directivos, todo lo demás lo puede favorecer, o lo puede perjudicar. Pero lo que un profesor hace en su aula, depende del profesor”. No podemos, ni debemos estar lamentándonos toda la vida de lo que nos ha tocado, que si niveles bajos, grupos conflictivos, burocracia administrativa, familias poco implicadas en la educación de sus hijos, etc.…, es lo que tenemos y partiendo de esa realidad hay que educar para mejorar a las personas que estamos formando. Hay que darle la vuelta al chip y pasar a la acción, sobreponiéndose a cualquier adversidad para garantizar que nuestros alumnos puedan optar con total garantía de éxito a cualquier decisión cuando finalicen sus estudios.

*Asesor- Gestor Educativo
La balsa de George Bush fotografía de de Joel Peter Witkin 2006 

martes, 24 de junio de 2014

EDUQUEMOS ENTRE TODOS

Camino del Calvario obra de Pieter Brueghel el Viejo pintada en 1564


http://www.laprovincia.es/opinion/2014/06/24/eduquemos/616355.html
Ignacio Pardo Luzardo*

A los que nos gusta que la ciudad donde vivimos tenga las calles limpias y cuidadas, espacios verdes, canchas deportivas y zonas de ocio, hemos podido comprobar, que independientemente de la falta de recursos asignados por las instituciones públicas para su adecuado mantenimiento y vigilancia, existe un matiz que nadie ha querido tocar por no considerarlo políticamente correcto, y que afecta directamente a los usuarios de todos los espacios comunes de una ciudad, me refiero a la educación necesaria e imprescindible de todos los habitantes de cualquier municipio, para que sintamos como propio cada uno de los espacios construidos y habilitados para el recreo y disfrute de sus ciudadanos, y como tal aprendamos a asumir que debemos inculcar desde el seno familiar el cuidado y respeto hacia esos espacios construidos, pensando en las personas que estamos viviendo en ese lugar, porque es de todos y para todos.

El que se proponga esta reflexión cívica, no implica su defensa afinidad con ningún interés político, ni de grupos económicos o clases sociales determinadas, simplemente que asumamos como propio, lo que se paga con los impuestos de todos. Si vamos de paseo por cualquier ciudad o pueblo de España, podemos darnos cuenta de la situación de deterioro real en la que se encuentran los espacios públicos y eso merece que nos paremos y veamos de nuevo, en qué nos estamos equivocando, para enmendarlo.

Difícilmente un niño o un joven podrán respetar, o cuidar algo que es de todos, si en la casa familiar tampoco se muestra respeto hacia lo que hay en el interior de la vivienda y no se tiene claro lo que está bien y lo que está mal. Es por lo que llevo insistiendo, que es desde el hogar donde se inculca al niño todos los valores y entre otros, el que no se rompan los objetos de forma deliberada, ni se haga mal uso de los mismos. Los padres son los responsables de aleccionar en sus hijos el cuidado y el respeto de lo ajeno. Las conductas inadecuadas en los hijos no pueden quedar en nada, sin un reproche, ni un gesto de desaprobación por parte de los progenitores que les están educando. Además de manifestarse los padres con un gesto de enfado por lo inadecuado de la acción, y hacerle ver al niño que romper intencionadamente o que coger lo que es de otro no es lo correcto, hay que reprenderle para que no vuelva a repetirse. Jamás se le debe reír la gracia al hijo por un hecho reprobable, ni quitar hierro haciendo quedar como que fue un juego mal entendido o una broma. Si la familia no le da la importancia que tiene, el niño considera que está bien y que lo puede repetir, si de pequeño no se atajan determinadas situaciones y conductas, cuando sean mayores tendrá repercusiones más graves.

También hay que corregir a nuestro hijo cuando está en la calle y vemos que no respeta aquello que es de todos, o simplemente que no es suyo, como son los juegos de los parques, las instalaciones deportivas, contenedores, depósitos para la basura que están puestos por toda la ciudad, las farolas, las paredes, limpieza de las calles, ruidos, cristales de los establecimientos, y un largo etc.

Los niños repiten lo que ven de los mayores, aprenden por imitación y si no atajamos las malas conductas que afectan a sí mismo y a los demás, estamos permitiendo que cada vez suba de nivel y se llegue a un extremo, que nadie va a poder pararlo. Hay que potenciar modelos positivos en los niños, pues la repetición de buenos ejemplos, origina costumbres y conductas positivas.

Es triste que se tenga que tener una autoridad cerca para que respetemos las normas mínimas de convivencia, si no es así, se produce una relajación en el cumplimiento del deber, y hay quien cree que puede hacer un uso inadecuado de lo que es de todos y si lo rompe no pasa nada, pues se ha comprado con parte de los impuestos que paga su familia y es libre de hacer lo que le venga en gana. También los hay que descargan su ira y enfado contra el mobiliario público, puesto que no tienen control sobre sí mismo y creen que destrozándolo van a solucionar su mal humor, sin pensar que su reposición va salir del mismo bolsillo del que se compró, el de todos los ciudadanos. Como señalamos antes, lo que no se interioriza en el hogar familiar, no lo va a dar ni el Colegio, ni la calle, ni nadie ajeno al padre o a la madre.

Tenemos que reconducir toda la educación familiar hacia los hijos, para evitar que se produzcan no solo las situaciones de deterioro general, sino también volver a humanizar nuestras relaciones sociales, inculcar desde pequeños que existen palabras mágicas que abren puertas como decir “por favor”, “gracias”, saludar cuando se entra a cualquier lugar donde hayan personas, independientemente de si las conoces o no, despedirse cuando se van, ayudar desinteresadamente a las personas que lo necesitan, ceder el asiento a personas mayores, enfermas y embarazadas en los transportes públicos y un sinfín de cosas que tenemos que retomar para que nos demos cuenta, que sin las personas que nos rodean no somos nada, tenemos que abandonar este egoísmo en el que nos estamos recluyendo, existe vida y personas fuera de casa. Sabemos que existe gente mala, pero han existido toda la vida, lo que tenemos que hacer es preparar a nuestros hijos para que sepan discernir y eso se consigue ayudándoles a crecer y a madurar con buenos modelos educativos desde casa.

Propugnar una defensa y cuidado de los espacios y enseres públicos, no significa tener color político alguno, simplemente intentar que podamos vivir con un poco más de calidad en unas ciudades cada vez más abandonadas de la mano de Dios y de los ayuntamientos, donde no se está cuidando para nada a los jóvenes, si nos fijamos un poco a nuestro alrededor, vemos como desde hace años, se han ido creado muchos parques infantiles, sin pensar que esos niños crecen y que no tienen ningún espacio público abierto para poder desarrollarse, con juegos e intereses específicos para ellos. Consecuencia de todo eso, es que en este momento vemos a los chicos agrupados en torno a las grandes superficies o reunidos en las calles, sin una ubicación para que ellos puedan tener su espacio de desarrollo.

Deberían las instituciones públicas crear campañas de sensibilización sobre el respeto de lo público en centros educativos, asociaciones y demás medios de comunicación, al igual que se hace con otras campañas como son la educación vial, día sin coche, reciclaje de las basuras, ciudad sin humo, etc.

* Asesor-Gestor Educativo



El pago del tributo de Masaccio entre 1424-1427

domingo, 15 de junio de 2014

LOS COLEGIOS DEL SIGLO XXI

Pirámide de Cestio de Giovanni Battista Piranesi siglo XVIII

http://www.laprovincia.es/opinion/2014/06/15/colegios-siglo-xxi/614826.html

Ignacio Pardo Luzardo*

¿Dónde se encuentra actualmente la escuela hoy?, ¿qué perspectivas tiene una escuela que se aferre a los sistemas de educación del siglo pasado?, ¿Cuántos años de vida puede subsistir la escuela tradicional tal y cómo la conocemos?

Se ha escrito mucho en ámbitos especializados sobre cuál será la función que tiene que cumplir la escuela a partir de estos nuevos tiempos de cambio y ruptura que nos está tocando vivir. Lo cierto es que cualquier centro educativo que quiera tener su espacio en un futuro próximo, en estos momentos tiene que estar haciéndose preguntas y reflexiones sobre todo lo que significa la escuela hoy en día, metodologías de enseñanza, las formas de organizar y dirigir un colegio para que los niños que se incorporen a partir del próximo mes septiembre con 3 años, pueda acceder a la universidad en el año 2029, a un ciclo superior o al mundo del trabajo con los deberes cumplidos, al igual que ocurre con los alumnos que ya están matriculados. Lo que tenemos que tener claro es que a ese niño, como a los demás, cualquier centro educativo tendrá que darle los útiles necesarios para que sepa afrontar con éxito todos los retos que le van a sobrevenir, llenarle la mochila de los aprendizajes, habilidades, conductas positivas y estructuras mentales que le ayuden a “aprender a aprender”, que sepan expresarse en público con la mayor naturalidad, que sepan trabajar en equipo y un sinfín de cosas que el día a día irá marcando su trabajo y nivel de exigencia.

La forma de enseñar en los centros educativos no depende exclusivamente de los docentes que componen el Colegio, existen factores exógenos que también marcan los resultados de los alumnos, como son el papel de la familia, entorno social, nivel socio-económico, etc. Lo que sí está claro es que debemos volcarnos más en la personalización de la enseñanza, para que mejoren los resultados finales consiguiendo alumnos satisfechos por el esfuerzo realizado y con el convencimiento por parte del colegio, de haber educado a personas honestas, maduras y preparadas para que garanticen su vida y el futuro de nuestro país.

Cada colegio tiene su sello particular y a partir de ahí, a las familias les puede interesar el que sus hijos realicen en un centro u otro sus estudios y sean educados conjuntamente con el centro educativo. Una escuela no es mejor que otra por sus instalaciones o los servicios que presta, sino por la forma en que se ven a los niños si están felices en el centro, por unos equipos docentes implicados en un proyecto total de enseñanza y aprendizaje, preocupados por estar al día en nuevos métodos de enseñanza, con unos valores definidos y asumidos por las familias, por una formación que garantice que los chicos tengan los conocimientos y las destrezas necesarias para poder desenvolverse como personas maduras tanto en el campo universitario, como en el ámbito laboral. Por supuesto es imprescindible que dominen perfectamente el inglés y si pudieran otros idiomas mejor.

Lo cierto es que desde hace aproximadamente 7 años, la manera de entender la escuela está comenzando a dar un cambio radical en España y en países de Latinoamérica, ya no podemos quedarnos impasibles ante la situación de cambio generalizado que se está produciendo en nuestra sociedad, estamos en un mundo globalizado y hasta el futuro hay que ir pensándolo de forma globalizada, por mucho que algunos quieran sentirse aferrados a principios educativos de siglos anteriores, considerando la escuela como mera transmisora de conocimientos, pensando que toda esta revolución educativa que se está produciendo es una moda pasajera, sin darse cuenta de la realidad que les rodea.

Los cambios han llegado a todas las facetas de nuestra vida, lo que teníamos como meta hace 10 años o más, ya no nos sirve, ahora tenemos que intentar ir por delante para que no nos vuelvan a arrollar, y eso en educación es complicado, pues no sabemos a priori cuáles son los caminos que los alumnos quieren andar cuando concluyan su etapa de formación, por lo que tenemos que asegurar una educación que les ayude a desenvolverse, por otro lado, da la impresión que la estructura oficial de la educación siempre va un paso por detrás. Simplemente pensemos en la cantidad de titulaciones nuevas que han surgido en estos últimos años, en respuesta a unas demandas inmediatas del mundo empresarial, y que los centros educativos no han sabido anticiparse por tener unos esquemas excesivamente rígidos impuestos desde los organismos oficiales.

Es fundamental poner unas bases claras y flexibles, para que en el futuro ante una situación análoga a la que estamos viviendo, no origine una crisis como la actual.

Plantear una nueva escuela, supone que todos los docentes que en la actualidad están trabajando con los alumnos, y los que están preparándose en las facultades, comiencen a cambiar de mentalidad y proceder, para que las nuevas metodologías y formas de trabajar repercutan positivamente en la formación de las nuevas generaciones de alumnos.

Los docentes hemos enseñado siempre con la intención de que nuestros alumnos puedan aplicar los conocimientos adquiridos al entorno en el que se desenvolvían los chicos, pero visto lo visto, parece que todo nuestro esfuerzo y sacrificio no ha conseguido los niveles de éxito deseados, somos uno de los países con la tasa de abandono escolar más alta de la Unión Europea, tenemos un alto índice de paro entre los jóvenes y sin cualificación. Las justificaciones podemos encontrarlas y todas ellas son válidas, pero existe una cruda realidad y es que los resultados no son los que todos esperamos con el esfuerzo que se está llevando a cabo. Debemos hacer un alto en el camino y analizar la situación de cada centro, para poder sacar conclusiones y llegar a compromisos para mejorar.

Hacen falta en el ámbito de la educación personas capaces de generar el cambio en las escuelas. Líderes que sean capaces de ilusionar al personal docente y no docente que están en su entorno, de hacer partícipes a todos los miembros de la comunidad educativa, para crear un proyecto con una visión de futuro, en donde sus colaboradores tengan unas actitudes y capacidades necesarias para promover el cambio a través del diálogo y de responder a innumerables preguntas que debemos hacernos sobre la educación que tenemos y la que queremos, nuestra meta es la excelencia educativa, a partir de unas bases sólidas, en donde el principal protagonista que es el alumno, al final de su etapa formativa posea las herramientas necesarias para saber desenvolverse en la sociedad que le va a tocar vivir.

*Asesor- Gestor Educativo
Residencia Kaufmann, denominada la Casa de la cascada de Frank Lloyd Wright 1936-1939

viernes, 30 de mayo de 2014

LOS ALUMNOS Y LAS ELECCIONES AL PARLAMENTO EUROPEO

Detalle del cortejo de los Reyes Magos obra de Benozzo Gozzoli entre 1459 - 1461


http://www.laprovincia.es/opinion/2014/05/30/alumnos-elecciones-parlamento-europeo/611665.html

Ignacio Pardo Luzardo*

La verdad es que los docentes de secundaria hemos perdido una oportunidad de oro para poder enseñar a nuestros alumnos en qué consistía la famosa “fiesta de la democracia” con las elecciones del pasado 25 de mayo al Parlamento Europeo, a través de todas las herramientas que se ponen a disposición de los candidatos para que los chicos comprueben a través de los debates públicos y las propuestas de cada partido político para afrontar la próxima legislatura en la eurocámara, haciendo que estos futuros electores pudieran aprender de los adultos que pretenden obtener un escaño en la institución supranacional más importante de nuestro continente y resulta que toda la documentación que se ha visto, leído y escuchado de los candidatos y sus formaciones en el aula, se podría resumir en aquello de “y tú más”, echándose en cara cosas que todos los españoles sabemos antes de que se convocaran estas y las próximas elecciones.

Si decimos siempre que los alumnos tienen que aprender de los modelos que les transmitimos los adultos, pues sinceramente ahora los políticos dan una muestra de que están al día en los programas de reality show, sin mostrar a sus electores lo que realmente quieren hacer con nuestros votos y los compromisos reales a los que se someten cuando alcancen su escaño en Bruselas y Estrasburgo.

A un alumno adolescente, en los tiempos que vivimos, no se le puede enseñar solamente que cada x años una serie de personas quieren presentarse a un Parlamento, si no hay unas propuestas que representen a la ciudadanía con la intención de solucionar o mejorar nuestra calidad de vida. Tengo que enseñarles que si la democracia es el sistema menos malo de los sistemas políticos como decía Sir Winston Churchill, porque entendía entre otras cosas, que un partido independientemente de su tendencia y valores, si tenía el apoyo de las urnas, podía hacer a su antojo con el país lo que quisiera. También tengo que hacerles ver lo que representa de forma objetiva cada partido político, pero la verdad es que ellos quieren más y no han nacido ayer, para darse cuenta que si bien el sistema puede mejorarse, a ellos no les sirve que los mismos que han originado toda esta debacle social, económica y política, ahora vengan como candidatos salvadores de la patria, señalando que ellos están libres de pecado y poseen la piedra filosofal que todo lo arregla.

Mis alumnos no son ciegos, ni mudos, ni sordos y han visto todo lo que está aconteciendo y por desgracia muchos están viviendo en carne propia, que sus padres o alguien cercano a la familia, está sufriendo los contratiempos originados por las malas decisiones de políticos que han sido los gestores de la confianza que el pueblo depositó en ellos en su momento con su elección a la institución que correspondiera.

También se preguntan si realmente vale la pena votar, porque ellos dicen, que salga quien salga, esto va seguir igual, y que los perjudicados van a seguir siendo los de siempre. Por mucho que yo quiera hacer de abogado del diablo, con argumentos que intentan paliar esa visión tan negativa de los políticos y de los partidos que los sustentan, ellos que no son tontos, porque ven cada día lo que está ocurriendo a su alrededor, les gustaría que todo fuera de otra forma y son conscientes, que para poder cambiar lo que ellos consideran como un desastre, tienen que estar preparados para ponerse manos a la obra y que con las próximas generaciones comencemos a ver una auténtica regeneración democrática, con personas honestas y sinceras que realmente piensen y actúen en las personas que les votaron. Ellos son conscientes que lo importante es votar, aunque se equivoquen, puesto que son partidarios de aquella máxima que dice “prefiero arrepentirme de algo que haya hecho, que de algo que no haya hecho”, porque piensan que de lo contrario están perdiendo la oportunidad que nos brindan para elegir a lo que queremos, y no a los que se puedan beneficiar con el voto en blanco o con la abstención.

Mis queridos alumnos están mirándonos muy de cerca lo que estamos haciendo y anotando en el cuaderno del debe y el haber todas aquellas actuaciones o medidas que van a hipotecar su futuro de una manera tan drástica, que aquella calidad de vida que disfrutaron cuando eran niños, son conscientes que no podrán dársela a sus hijos cuando ellos tengan familia.

Sinceramente a veces pienso que ayudarles a educarles tanto en un entorno de análisis crítico tiene sus efectos positivos, pero también origina una postura de insatisfacción lógica por la edad y por los momentos que están viviendo, y que saben que en los próximos años la situación general no estará mejor que la actual, a pesar de que haya algunos iluminados que digan, que ahora la gente en la calle está más alegre que hace meses.

*Asesor-Gestor Educativo

Atardecer desde la playa de Las Canteras

domingo, 11 de mayo de 2014

PAPEL DE LAS FAMILIAS EN LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS.

El paria de Sandro Botticelli 1496





Ignacio Pardo Luzardo.*




http://www.laprovincia.es/opinion/2014/05/11/papel-familias-educacion-hijos/607595.html

Muchas son las personas con hijos, que cuando se habla de definir qué hacer y a quién corresponde actuar en cada momento, les gusta decir siempre lo que tienen que hacer los demás, pero no analizan su actuación sobre los hechos concretos que le atañen a él directamente. Pues algo muy parecido ocurre con el papel que hasta la fecha están haciendo muchas familias con la educación de sus hijos, les gusta opinar, pero no implicarse realmente en el proceso educativo porque es muy cansado y duro tener que estar día a día manteniendo el tipo, escuchando y dialogando con los hijos, dar ejemplo en casa y fuera de ella, pues las conductas que les pedimos a nuestros hijos no pueden ser las que nosotros no hacemos, nuestros hijos nos imitan, para lo bueno y también para lo malo, no podemos, ni debemos reprocharles las cosas que los padres no hacemos, somos padres las 24 horas del día, durante los 365 días del año y no hay vacaciones, hasta cuando nos vamos a la cama están en nuestra cabeza, se convierten en nuestra razón de ser.

Para educar a un hijo, no hace falta tener un máster, ni tener grandes estudios y carreras, es mucho más sencillo que todo eso, hay que querer a tus hijos, sabiendo en todo momento quien es quien y no confundir los papeles, un padre o madre jamás será un colega del hijo, podrá tener un alto grado de confianza si lo ha logrado trabajar desde pequeño, pero nunca será su amigo, el hijo tendrá los amigos entre iguales que es lo normal, el padre o madre le pedirá al hijo que cumpla unas normas de funcionamiento dentro de la familia como son el respeto, la higiene personal, horarios, orden, estudios, limpieza, colaborar en las tareas de la casa, etc., que un amigo jamás le pediría.

Hay que enseñar a las familias para que sus hijos vivan las edades que tienen, si les toca jugar, pues llevarlos a parques o actividades fuera del colegio para que su hijo se relacione con niños de su edad, a veces por la comodidad de los adultos, tenemos a nuestros hijos cada vez que salen de casa metidos en tiendas, grandes superficies y espacios donde los niños lo único que van a aprender es a no desarrollarse como debiera, los padres tienen que aprender a organizar su tiempo, para que sus hijos puedan disfrutar de una infancia adecuada a su edad, no pasa nada si un día toca ir de compras en familia, porque también tiene que aprender que las cosas que hay en casa, no vienen del cielo, pero no debemos supeditarlos exclusivamente a nuestras necesidades de adultos, ellos tienen las suyas. Cuando son pequeños, hay quien pueda argumentar que la climatología marca las salidas de los hijos para ir a jugar al parque o a pasear, yo me pregunto ¿qué ocurre en la península, o en los países del norte de Europa cuando es invierno? ¿los niños no salen a la calle?, los niños por supuesto que si salen, pero acondicionados. Cuando los niños eran pequeños, recuerdo que la pediatra me decía: “si tu tienes frío, tu hijo tiene frío pues abrígalo, y si tu tienes calor, tu hijo tendrá calor pon la ropa adecuada”.

Educar a un hijo le tiene que suponer a un padre saber decir no, aun sabiendo que puede darlo o ceder a la petición y eso puede doler al padre o la madre, pero tiene que ser consciente que una negativa a cosas que no son vitales (alimento, enfermedad y necesidad) es una forma de educar y ayudarle a aprender, a no sentirse frustrado por no tener todo lo que el hijo pide en cualquier momento y que aprenda, porque sus amigos le dirán también que no y que cuando crezca, habrá cosas que la sociedad o el entorno le negarán, teniendo que buscar alternativas constructivas positivas y erradicando la frustración por escuchar un ¡no! y sustituyéndolo por la búsqueda de nuevos proyectos y aprendiendo de los errores.

Hace años escuché decir que para educar a un hijo hacían falta tres cosas, la primera era quererlo con locura, la segunda era tener autoridad (no autoritarismo) y la tercera fijar los límites propios para cada edad, no iban muy desencaminados, pues con esos tres principios adaptados a cada familia, tenemos la base de una educación familiar en la que los niños saben a lo que atenerse desde el principio, sin ambigüedades de cara a su educación familiar.

Está claro que las ayudas a los hijos por parte de la familia las marcan las edades, puesto que el primer objetivo que debemos tener claro hacia ellos, es fomentar la autonomía de los hijos, que posean las herramientas, madurez y destrezas necesarias para que aprendan a desenvolverse y de paso, potenciar la creatividad.

Si estamos permanentemente encima de ellos, no los vamos a dejar que desarrollen su capacidad de autoestima mediante el trabajo personal y tampoco les enseñamos a que aprendan de sus errores cuando se equivocan. Da la impresión por lo que vemos hoy en día, que a los padres nos da miedo o pena que se hagan mayores y les evitamos que hagan cosas que les corresponde hacer por la edad y de esta manera prolongamos inadecuadamente su infancia, para hacerlos de alguna manera más dependientes de los progenitores, lo triste es que no nos damos cuenta que cada niño debe vivir su momento cuando le corresponde, de lo contrario es ir contra natura y a contracorriente.

A veces, vemos como somos los padres los que malcriamos a nuestros hijos por un exceso de mimo, no de cariño, porque el cariño mal entendido lleva a la sobreprotección y no permite que el niño viva sus propias experiencias, y como no sus equivocaciones y que pueda acudir a los padres lamentándose y estos le orientan para que en el siguiente intento, el niño por sus medios pueda superar el reto o prueba a la que se ha sometido. No estoy pidiendo que seamos fríos y distantes ante nuestros hijos, solo que se les enseñe a madurar de forma natural entre iguales, que juegue con otros niños, que discutan entre ellos y que aprendan a socializarse para que desarrollen habilidades sociales.

No por mucho que queramos los adultos que nuestros hijos hagan lo que queremos, lo van a hacer, también los padres tienen que aprender a dar las instrucciones sin perder los papeles, ni histerias. Nunca se han preguntado, ¿porque sus hijos en el colegio obedecen a las instrucciones del tutor, se comen todo lo que le ponen, aprenden a estar en silencio cuando corresponde, cumplen las normas de funcionamiento del Colegio y de repente cuando llegan a casa se transforman en gremlins sin orden, ni concierto?, tendríamos que reflexionar sobre eso, para ver en qué nos estamos equivocando. A veces es sorprendente ver como las familias, se extrañan en las reuniones de tutoría del colegio con los profesores, cuando les comentan lo que hace o deja de hacer su hijo, pues los padres están acostumbrados a un cliché unilateral del niño en la casa familiar y desconocen lo que hace su hijo entre iguales.


*Asesor-Gestor Educativo. (http://asesoreseducativoscanarios.blogspot.com.es/)

Corto Maltés dibujado por Hugo Pratt

lunes, 5 de mayo de 2014

¿SABEMOS ENSEÑAR UN USO ADECUADO DEL MÓVIL?

Los jugadores de cartas obra de Caravaggio 1594





Ignacio Pardo Luzardo*

http://www.laprovincia.es/opinion/2014/05/05/ensenar-adecuado-movil/606308.html

Hace días pudimos contemplar todos los españoles por los medios de comunicación, un fragmento del debate que se produjo en el Congreso de los Diputados, cuando un representante elegido por los ciudadanos de Cataluña, se dirigía al Presidente y a la Vicepresidenta del gobierno español reclamando su atención, porque ambos estaban hablando por el móvil, sin hacer el menor caso de lo que el diputado tenía que decir a la máxima autoridad del gobierno de la nación. Lo triste es que esa escena que vimos, era un poco el reflejo de lo que hoy se está viviendo de forma generalizada en cualquier sitio de los diferentes ámbitos de nuestra sociedad.

Nadie pensaba hace más de 20 años, que aquél instrumento que nos permitía movernos sin necesidad del cable, nos iba a hacer tan dependiente de las nuevas tecnologías en todos los ámbitos de la vida y que afectaría a todos los estamentos sociales. Es asombrosa la trascendencia que ha tenido el móvil en nuestras vidas, su uso se ha hecho un abuso, llegando a convertirse en una molestia para los demás, hoy no somos capaces de salir de casa si no lo llevamos encima y por si acaso, hasta el cargador, pero como todo en este mundo, las cosas con el tiempo se van poniendo en su lugar y el uso del móvil debe racionalizarse y aprender cuándo, dónde, cómo y porqué lo usamos, de lo contrario estamos expuestos a que ese maravilloso artilugio, nos haga esclavos, nos engulla y dejemos de ser las personas que necesitamos comunicarnos además de la palabra, a través de la mirada, del gesto, de ver el mundo que nos rodea y de disfrutar de las cosas sencillas que nos da la vida, sin necesidad de estar conectados las 24 horas a un terminal móvil.

Hemos hecho de esos aparatos una necesidad con sus distintas aplicaciones, que abarcan todos los ámbitos de la vida, asombra al más brillante, intentan hacernos la vida tan cómoda y placentera, que a la vez nos embrutece, pues dejamos de relacionarnos con los que nos rodean, es triste ver a jóvenes y no tan jóvenes cuando salen juntos (solo eso), pues el resto del tiempo cada uno está sentado mirando sus móviles atendiendo a mensajes, conversando en las redes sociales, comprobando una aplicación, etc. y no intercambiando palabra no escrita entre ellos, perdiendo las ganas de conocer el mundo exterior real, pues el virtual está en sus manos y relegando el salir con los amigos y familiares, pues el móvil les da todo lo que les apetece en ese momento, lo tienen adherido a ellos como si fuera la ropa interior, y si les das a elegir, se quedan con el móvil antes que con las personas. El uso de este aparato nos ha venido grande fuera del ámbito laboral, quizás con el tiempo las normas que se están poniendo al uso señaladas en protocolos de páginas web para un uso adecuado del móvil en distintos ámbitos, serán asumidas e interiorizadas desde el seno familiar, aunque reconozco que es muy difícil poner puertas al campo, pero depende de todos (familia, colegio y sociedad) el que establezcamos criterios de uso y elaboremos acuerdos que podamos asumir, sin necesidad de prohibiciones y que los límites razonables que establezcamos con el uso del móvil, sean de forma racional y lógica. Los planteamientos sobre el aprendizaje del buen uso del móvil varían dependiendo de cada casa, por lo que me resulta difícil utilizar la expresión de que apliquemos el sentido común para saber cuándo lo empleamos, esas cosas vienen aprendidas de casa.

Es imprescindible generar conciencia en nuestros hijos, alumnos y padres, sobre el uso responsable de los medios de comunicación y en este caso concreto de los terminales móviles, para ello, es necesario tener claro los riesgos del mal uso del mismo tanto por parte de las familias, como por parte de los docentes que estamos intentando educar a los alumnos, y que tenemos la obligación de reconocer esos riesgos para saber actuar convenientemente.

Muchos son los centros educativos que tienen establecido un protocolo de actuación en su Reglamento de Régimen Interior con el uso de los móviles y otros instrumentos electrónicos de uso personal, fijando prohibiciones expresas de uso y posesión del mismo, y algunos colegios señalan el horario y el tiempo en el que se puede utilizar, otros lo tienen terminantemente prohibido, por las consecuencias que trae consigo. Considero que esto del uso de los móviles en los colegios nos ha superado a todos, pues lo que podía haber sido una herramienta para el aprendizaje, se ha convertido en un distractor y elemento de fricción entre colegio, alumnos y familia. La situación está clara en la actualidad, los centros educativos no disponen por ahora de una infraestructura real para insertar los aparatos de telefonía de última generación en el proceso de aprendizaje, por otro lado, los alumnos de niveles superiores se niegan a perder su parcela de privacidad, porque insisten en mostrar el móvil como una prolongación de su vida privada y que nadie puede interponerse en ese ámbito, sin hacer un auténtico juicio de valor sobre el adecuado uso del mismo, sin controlar los tiempos, lugares de uso y formas.

Luego están las familias, que son las personas responsables de conseguir este preciado objeto (mitad comunicador-mitad juguete/entretenimiento), pensando inicialmente que la finalidad de los padres respecto al móvil es para una mayor y mejor comunicación con los hijos, y por qué no decirlo, indirectamente para un mayor control. También hay que señalar al mismo tiempo, que muchos padres son incapaces de decirles a los hijos que no deben llevarlo al Colegio, por no añadir un roce más en las relaciones familiares, cuando son conocedores que al centro educativo no se debe ir con el móvil. Los padres saben que las consecuencias de un uso inadecuado del móvil puede generar situaciones conflictivas en el aula con compañeros (sacando fotos y colgándolas en las redes sociales, enviando mensajes, acoso, jugando con determinadas aplicaciones, viendo cosas que no deben, intentando ponerse en contacto con personas que no están en el aula y un largo etcétera), con los profesores (interfiriendo en la dinámica de la clase, produciéndose situaciones de enfrentamiento con el alumno por culpa del móvil, provocando problemas graves y en público, pues se ha podido atentar contra el derecho de la intimidad de otros compañeros y del profesor, etc.).

Con todo lo descrito anteriormente, está claro que debemos fijar y aprender unas normas de uso consensuadas entre todos, para que el disfrute del móvil se circunscriba a un uso natural y adecuado, para que nos ayude a tener una mejor calidad de vida, no a tener una dependencia enfermiza del mismo. En los manuales de las buenas maneras, comienza a introducirse normas de uso, pero es desde la familia, desde donde tiene que partir la enseñanza de su verdadero uso y el resto de la sociedad ayudará para que su uso sea el correcto, señalando los límites lógicos, pues todo no vale.

Son preocupantes los datos que publican los expertos sobre la nomofobia o miedo irracional a estar sin móvil, pues señalan que 1 de cada 1000 personas sufre esa dependencia , centrándose sobre todo en jóvenes adolescentes, esta adicción del siglo XXI no es una sustancia que se toma, es una conducta repetitiva que se puede corregir de la mano de los especialistas y de una buena educación, de ahí mi insistencia para que entre todos podamos mejorar esta situación desde edades tempranas, controlando el tiempo y enseñando un uso responsable del móvil, puesto que esa enfermedad basada en la subordinación mental a ese objeto, es posible que la tengamos y no lo sepamos, pudiendo llegar a ser muy preocupante, nadie piensa en su fuero interno que le pueda estar pasando y todos estamos en el bombo, puede pasarle a uno o a alguien del entorno familiar o amigos próximos.



*Asesor-Gestor Educativo.

Bóveda gótica